¡Mucha gente comete estos 3 peores errores con la lejía!

La lejía es un guerrero de primera clase en la lucha contra la suciedad. Es un producto esencial para blanquear la ropa, desinfectar suelos y aparatos sanitarios y mucho más. Imprescindible para la limpieza diaria, este líquido es el mejor aliado para que tu casa esté reluciente y limpia.

Aunque muchas personas compran este producto, pocas saben cómo utilizarlo correctamente para evitar causar daños. La lejía es un producto de limpieza arriesgado si no se utiliza en las condiciones adecuadas. Por eso hay que tener cuidado al manipularlo, usando siempre guantes y evitando su inhalación.

También es aconsejable no mezclar nunca lejía con vinagre, ya que esta combinación puede ser fatal, provocando efectos indeseables. Una vez que todo esté listo y usted esté bien protegido, la lejía podrá ser utilizada con total seguridad.

¿Cuáles son los 3 peores errores que hay que evitar al utilizar este líquido limpiador?

La lejía no es un limpiador, es un desinfectante

Mucha gente piensa que la lejía es un líquido de limpieza para todas las superficies. Pero no es así. Este producto es un potente desinfectante, pero no un limpiador. Por eso hay que quitar el polvo de las superficies a tratar antes de utilizarlo. A continuación, limpie con agua y jabón. Cuando todo esté limpio, utiliza lejía para desinfectar. Termine aclarando con agua limpia para eliminar cualquier resto de producto.

No aclare las superficies después de usar lejía

Al utilizar lejía, muchas personas cometen el error de no aclarar las superficies desinfectadas con este producto líquido. Sin embargo, todas las superficies tratadas con este producto deben aclararse. Así se eliminan los residuos y se evita dañar los materiales. Aclárelo todo con agua limpia después de utilizar la lejía.

¿Usar agua fría o caliente?

Un error muy común al utilizar lejía es diluirla con agua caliente. Sin embargo, el agua a alta temperatura puede reducir el contenido de cloro de la lejía, y su eficacia queda en entredicho. Lo ideal es utilizar agua tibia para no comprometer la eficacia del producto.