La harina debe almacenarse en un lugar fresco y seco, lejos del suelo. Seguro que le parece normal. Pero, ¿has pensado alguna vez en guardarla en el congelador?
Si te sobra harina de espelta, harina integral o harina de avena, probablemente te preguntes cómo guardarla para que no se estropee.
Harina: la mejor manera de conservarla
La harina tiene una amplia gama de usos cotidianos. Como ingrediente principal de muchas recetas, es importante conservarla correctamente.
Cada vez es más frecuente guardar la harina en el congelador. Es muy adecuado para garantizar su buena conservación. Es una forma única de conservar la harina durante mucho tiempo sin riesgo de que se estropee fácilmente.
La harina es un ingrediente muy delicado que se estropea rápidamente. En muy poco tiempo, las mariposas de la pasta pueden hacer su nido en el caldo de harina. Una vez que se han instalado, es difícil recuperar nada. Por eso hay que actuar con rapidez.
En este caso, el congelador es la mejor solución, ya que la harina está a salvo del ataque de los parásitos. Para conservar sus propiedades organolépticas, basta con colocarla dentro de bolsas de plástico para alimentos. A continuación, cierre bien la bolsa y métala en el congelador.
Una vez fuera del congelador, basta con abrir la bolsa para utilizarla, ya que la harina no se congela. En el caso de la harina que se guarda en la despensa, coloque junto a ella pequeñas hojas de hierbas para repeler a los insectos.
Escherichia coli. presente en la harina
Nadie pensó que se encontrarían rastros de Escherichia coli en la harina. Sin embargo, la harina es el ingrediente básico de muchas recetas dulces y saladas y podría ser el origen de esta infección.
Mucha gente cree que esta bacteria sólo procede de alimentos crudos como la carne, el pescado o los huevos.
Hay que tener cuidado con la harina, que en general se considera inofensiva. El consumo de harina cruda puede provocar algunas infecciones. Por eso hay que concienciar a los consumidores de los posibles riesgos de la E. coli en la harina.
Así pues, está prohibido probar un trozo de masa de tortitas que no haya terminado de cocerse. Del mismo modo, desaconsejamos comer masa cruda de pasteles, pizzas y galletas.
Además, los niños deben tener cuidado cuando manipulen masa para jugar o cuando quieran comer pasta cruda.
Lo mejor es limpiar los utensilios utilizados con harina cruda. Del mismo modo, antes de manipular harina, conviene lavarse las manos con agua caliente y jabón.