¿Compraste ensalada hace unos días y ahora está muy pasada? ¡Aún no es el momento de tirarla! Todavía puedes darle una segunda vida a tu ensalada en sólo unos minutos.
Hoja de roble, lechuga, canónigos o romana… la lechuga no sólo realza tus platos a la perfección. También ofrece innumerables beneficios para la salud. Baja en calorías, rica en fibra, vitaminas y minerales, la lechuga es además un concentrado de antioxidantes.
Pero aquí está su único inconveniente: su frescura se desvanece rápidamente, con una caducidad de sólo tres a seis días de media cuando están perfectamente guardadas en el preciado cajón de verduras crujientes de tu frigorífico.
Pero que no cunda el pánico. Si tu ensalada ya no está muy fresca, tenemos un truco secreto para devolverle la vida en un abrir y cerrar de ojos.
¿Conoces el método del choque térmico para que la ensalada recupere su frescura?
Si tu ensalada ha perdido su frescura y está mustia, no necesitas agua fría para darle una nueva vida. Necesita agua templada.
Para ello, sumerge la lechuga marchita en agua templada durante 1 ó 2 minutos. A continuación, sácala del líquido y sumérgela en agua muy fría.
Este sistema de choque térmico dará una nueva vida a tu ensalada. Recuperará toda su frescura en un abrir y cerrar de ojos. Y para aclarar bien la ensalada, basta con añadir medio vaso de vinagre blanco al agua antes de enjuagarla.
¿Qué debe hacer si no puede salvar su ensalada?
El truco del choque térmico es muy útil en el día a día para acabar con el desperdicio de alimentos. También te ayuda a ahorrar mucho dinero, ya que ahora puedes comprar ensaladas ligeramente marchitas a bajo precio y refrescarlas en un santiamén al llegar a casa.
Sin embargo, si no consigues mantener frescas tus ensaladas, te recomendamos que no las tires siempre. Reutilízalas para hacer sopa de ensalada, para alimentar a tus aves de corral o para hacer compost.