¿Sabía que puede reducir considerablemente su consumo de electricidad prestando atención a cómo utiliza su horno? El horno es uno de los electrodomésticos más utilizados a diario para ahorrar tiempo y cocinar de forma más ligera y saludable que con otros métodos de cocción. Sin embargo, nadie puede ignorar que este electrodoméstico consume demasiada energía. Es el electrodoméstico que más energía consume después del frigorífico.
Un horno suele consumir entre 900 y 3.500 vatios. Sin embargo, esto depende de las funciones que utilice para cocinar. Por ejemplo, un horno eléctrico convencional tiene una potencia media de 1.500 vatios en uso normal. Así que si lo utilizas durante 1 hora para hornear un pastel, estarás consumiendo 1.500 vatios por hora, es decir, 1,5 kW/h. Pero, ¿cómo puedes reducir tus gastos de electricidad cuando utilizas este electrodoméstico?
Horno: antes de encenderlo, activa esta opción y no volverás a tener facturas tan elevadas.
Hay un pequeño truco que no mucha gente conoce para reducir el consumo de energía cuando utilizas el horno para cocinar tus platos favoritos. Y es que este electrodoméstico consume mucha energía, sobre todo si se utiliza durante largas sesiones de cocción.
Sin embargo, existe una función que puede ayudarle a ahorrar energía y dinero y que quizá no todo el mundo conozca. Si su horno tiene la opción “ventilado”, le permite utilizar el calor por convección para cocinar los alimentos. Esta función le permite cocinar los alimentos en menos tiempo. Como resultado, consumes menos energía de lo habitual.
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Cocine varios platos a la vez
¿Buscas la mejor manera de ahorrar energía cuando utilizas el horno? ¿Por qué no pruebas a cocinar varios alimentos a la vez? La mayoría de los modelos de horno tienen espacio suficiente para preparar varios platos a la vez. De esta forma, puedes cocinar varias recetas ahorrando dinero, energía y tiempo, por supuesto.
No abras la puerta del horno mientras cocinas
Cuando cocinas en el horno, tienes que abrir la puerta del aparato varias veces para comprobar que los platos están bien cocinados.
Cada vez que abre la puerta, el horno tiene que volver a la temperatura de cocción, y es entonces cuando está trabajando a pleno rendimiento, consumiendo hasta un 20% más de energía. Sin embargo, si reduce el número de veces que abre la puerta del horno durante la cocción, se reduce la pérdida de calor y la cocción se lleva a cabo de forma más eficiente sin que ello afecte al consumo de energía.