Si le gustan los melocotones, aquí tiene nuestros consejos y trucos para conservarlos en buenas condiciones sin que maduren demasiado deprisa.
Los calurosos meses de verano no siempre permiten conservar bien la fruta. Éste es el caso de los melocotones, que se consideran una fruta climatérica, lo que significa que están llenos de etileno, un gas que hace que la fruta madure más rápidamente.
Por esta razón, los melocotones son más difíciles de conservar que los kiwis o las sandías.
Conservación de los melocotones: aquí están los mejores métodos
Si compras fruta madura, sólo se conservará unos días, dependiendo de dónde la guardes.
En una cesta de fruta
Los melocotones deben conservarse al aire libre, a temperatura ambiente, y consumirse en un plazo de dos días. Para ello, colóquelos sobre una superficie plana, no unos encima de otros. De esta forma, no se estropearán.
Además, evite colocarlos cerca de otras frutas que liberen etileno, como manzanas, albaricoques o ciruelas. Esto acelerará la maduración de los melocotones.
En el frigorífico
La mejor forma de retrasar la maduración de los melocotones es meterlos en la nevera. Al aire libre pueden consumirse en dos días, pero en el frigorífico pueden conservarse hasta 4 días.
Si los melocotones están enteros, ponlos en el cajón de las verduras. Sácalos de la nevera 30 minutos antes de comerlos.
Fruta en conserva
Para tener fruta disponible todo el año, te recomendamos conservarla en tarros. Esto es perfecto si tienes una buena cantidad de melocotones ya maduros. Para ello, empieza por limpiar los melocotones y sumergirlos en un baño de agua helada para pelarlos fácilmente.
A continuación, corte la fruta por la mitad o en cuartos y retire el hueso. Vierta los trozos de melocotón en un tarro esterilizado y llénelo con sirope o agua de limón.
A continuación, esterilice el tarro al baño maría a 100 grados durante 40 minutos. De esta forma, podrá disponer de melocotones hasta un año.
En el congelador
La congelación también es una buena forma de conservar los melocotones. Lávalos, pélalos, quítales el hueso y córtalos en trozos. A continuación, mételos en una bolsa de congelación con un poco de zumo de limón.
Descongela los melocotones y utilízalos para hacer compotas, zumos o batidos.