Manchas en el sofá: ¿cómo eliminarlas en unos minutos y con el mínimo esfuerzo?

Si tienes un sofá lleno de manchas difíciles de quitar, estos trucos naturales pueden venir en tu rescate para renovar tus muebles. A continuación te explicamos cómo.

Limpiar un sofá de tela

Para quitar las manchas de los sofás de tela, sólo tienes que utilizar vinagre blanco y bicarbonato sódico. También necesitarás un vaso de agua tibia, un pulverizador, un paño limpio y una aspiradora. ¿Cómo utilizarlos para manchar tu sofá de tela?

Antes de empezar, aspira el sofá para eliminar el polvo y otros residuos de la superficie. A continuación, mezcla una parte de vinagre blanco con una parte de agua tibia y viértelo en una botella con pulverizador. Pulveriza sobre la mancha y deja actuar unos 10 minutos.

A continuación, espolvorea la zona manchada con bicarbonato sódico y frota suavemente con un paño limpio en movimientos circulares. Deja secar al aire y retira el resto del bicarbonato.

Limpiar las manchas de un sofá de piel

Para quitar las manchas de un sofá de cuero, hay que tener cuidado de no dañar el material. El cuero es un material delicado y frágil que necesita un tratamiento adecuado para mantener su belleza y elegancia. Si quieres quitar las manchas del cuero, éste es el procedimiento que debes seguir.

Necesitas aceites naturales como el aceite de coco o el aceite de oliva, que son perfectos para limpiar y mantener el cuero de los sofás. Hemos elegido el aceite porque tiene unas propiedades increíbles para neutralizar las manchas de los sofás de cuero.

Más concretamente, es soluble por naturaleza, por lo que puede disolver diversas sustancias, incluidas las manchas de grasa y tinta. El aceite también es conocido por sus cualidades emolientes. Penetra en el cuero y suaviza la mancha. Esto facilita la eliminación de la mancha sin dañar el cuero.

Para ello, elige aceite de coco o aceite de oliva y también necesitarás un paño suave o una esponja y una aspiradora. Empieza limpiando todo con la aspiradora, que eliminará el polvo y la suciedad de la superficie.

A continuación, aplica un poco de aceite en el paño o la esponja y frota suavemente las manchas, sin presionar demasiado. Realiza movimientos circulares hasta que la mancha desaparezca por completo. A continuación, deja que se seque de forma natural.