Este producto duplicará el rendimiento de sus tomates. Si sigues estos consejos al pie de la letra, tu cosecha será todo un éxito.
¿Le encanta plantar tomates pero su rendimiento no siempre es tan satisfactorio? Si añade este nutriente antes de plantar, ¡duplicará su rendimiento!
Este producto duplicará su rendimiento: añádalo a su plantación
Para abonar tus tomateras, los expertos jardineros recomiendan utilizar ceniza de madera quemada. Es el nutriente perfecto para potenciar su cosecha.
Rica en fósforo, magnesio, calcio y potasio, la ceniza es un producto infalible para alimentar las tomateras.
Durante la fase de crecimiento, las tomateras desarrollan tallos y raíces. En esta fase, necesitan el potasio y el magnesio que les proporciona la ceniza.
Mucha gente piensa que los abonos ricos en nitrógeno y potasio pueden impulsar a las plantas a producir abundantes frutos. Pero no es así. De hecho, una cantidad excesiva de nitrógeno puede hacer que tus plantas se sobrealimenten.
Como resultado, sus tallos y hojas crecerán pero no producirán frutos. Por tanto, la producción de frutos se retrasa y las plantas pueden verse atacadas por enfermedades.
Para aumentar la producción de tomates, la ceniza es el nutriente que necesita. Contiene manganeso, que ayuda a absorber el dióxido de carbono.
También es rica en cobre, que estimula el metabolismo de las proteínas y los hidratos de carbono. Y no hay que olvidar el calcio, que potencia los procesos metabólicos.
¿Cómo utilizar la ceniza en las tomateras para obtener buenos resultados?
El primer paso es preparar la tierra. A continuación, haz agujeros y añade la ceniza, cubriéndola con una fina capa de tierra. De este modo, las raíces de los tomates entrarán en contacto con los nutrientes aportados por la ceniza para un crecimiento óptimo y sano.
¿Qué dosis utilizar? Por cada hoyo que hagas, debes añadir 3 cucharadas soperas de ceniza. Es decir, 150 gramos de ceniza por cada tomatera.
También puedes preparar un abono líquido para tus plantas mezclando 100 gramos de ceniza en 10 litros de agua. Este es el secreto que duplicará tu rendimiento en un abrir y cerrar de ojos.