¿Su horno está plagado de manchas de aceite quemado? Gracias a estos métodos naturales y económicos, ¡podrás decir adiós a esta molestia de una vez por todas!
Jabón de Marsella para eliminar las manchas de aceite de forma natural
Para eliminar eficazmente las manchas de aceite del horno, el primer producto que debes utilizar es el jabón de Marsella. Pero antes tendrás que apagar y desenchufar el horno.
Elegimos el jabón de Marsella porque tiene excelentes propiedades limpiadoras y es muy suave. Así, no hay riesgo de dañar la superficie.
Para utilizar el jabón de Marsella, disuelve una cucharada en medio litro de agua tibia. Mezcle bien antes de verter la solución limpiadora en un pulverizador.
A continuación, pulveriza la mezcla sobre las manchas de aceite de las paredes interiores de tu horno. A continuación, frota suavemente con una esponja. El jabón de Marsella puede eliminar las manchas más difíciles.
Sin embargo, si no tienes jabón de Marsella en casa, puedes optar por un producto que todo el mundo guarda en su armario: el vinagre.
Conocido por su poder desengrasante, basta con mezclar medio vaso de vinagre con un litro de agua. A continuación, vierte la mezcla en un pulverizador y rocía generosamente las partes del horno donde haya manchas de aceite quemado. A continuación, pasa una esponja antes de aclarar.
Sal y bicarbonato de sodio para un horno superbrillante
Otra solución natural para eliminar las manchas de aceite quemado del horno es utilizar una combinación de sal y bicarbonato sódico. Estos dos productos tienen un potente poder desengrasante que puede eliminar eficazmente hasta las manchas más rebeldes.
Para ello, llena un bol con cantidades iguales de sal gorda y bicarbonato de sodio. Añade un poco de agua tibia y mezcla.
Cuando la pasta desengrasante esté lista, empieza a aplicarla sobre las manchas de aceite del horno y deja que actúe durante 60 minutos. Pasado este tiempo, frota con una esponja húmeda y las manchas desaparecerán como por arte de magia.
Limón para un horno limpio y como nuevo
Este método es muy sencillo. Coge un limón, córtalo por la mitad y pasa la mitad directamente sobre las manchas de aceite como si fuera una esponja natural.
La acidez del limón ablandará las manchas más rebeldes, facilitando su eliminación. A continuación, deja que actúe durante un rato antes de aclarar con vinagre y agua.
