Las plantas son unas de las primeras víctimas del aumento de las temperaturas. Pero si hay una hortaliza especialmente sensible al calor, ésa es el tomate.
El sol hace que sus hojas se sequen y amarilleen, y es muy frecuente que no produzcan casi frutos.
Es cierto que los tomates no son especialmente exigentes en cuanto a cuidados y que aprecian el sol, pero un exceso de calor frena el crecimiento de la fruta.
¿Cuáles son los síntomas de los tomates secos?
Acuérdese de comprobar con regularidad estos signos de desecación del tomate. Estos son los síntomas alarmantes que debe tener en cuenta:
- Las hojas se secan, se vuelven amarillas y se enrollan como se ha descrito anteriormente;-
- Los tomates permanecen verdes;
- El crecimiento de los frutos es escaso;
- Las flores se caen.
Tomateras frágiles en verano: algunos consejos a tener en cuenta
Hay varias formas de proteger tus tomateras del calor del verano.
- Favorezca el uso de acolchado para proteger al máximo el suelo de las altas temperaturas. Esta solución natural reduce la evaporación del agua al tiempo que protege al máximo a los tomates de los golpes de calor.
- Al igual que los humanos, las plantas necesitan una zona de sombra para protegerse de los agresivos rayos del sol. Durante las horas más calurosas del día, considera la posibilidad de poner las plantas bajo un paño de sombra o una red. También puedes colocar un sombrero de periódico o una sombrilla.
- Las tomateras necesitan más agua para soportar el calor. Por encima de 30 grados, riegue las plantas jóvenes cada dos o tres días. Para tomates bien enraizados, riegue a razón de dos veces por semana, y proceda lentamente al regar.
- No esperes demasiado antes de recogerlos. En cuanto los tomates adquieran un bonito color, recójalos. A continuación, puede continuar el proceso de maduración almacenando los frutos al aire libre.
- Acuérdate de azadonar el suelo para favorecer una buena aireación y romper la costra formada por la sequía. Esto permitirá que el agua llegue más fácilmente a las raíces. Pero ten cuidado de no dañar las raíces.
- Por último, elimina las malas hierbas para favorecer una buena aireación.