¿Por qué no se debe utilizar nunca la misma tabla de cortar para distintas preparaciones?

¿Le gusta cocinar? Pues no cometa este error tan común al utilizar una tabla de cortar. ¡Ni se dará cuenta!

La tabla de cortar es un accesorio esencial en cualquier cocina. Si bien es esencial para picar ingredientes, multiplicas los riesgos cuando la utilizas para varias preparaciones a la vez.

No conviene mezclar pescado, carne ni verduras de ningún tipo en la tabla de cortar. Puede que no te lo creas, pero todo esto se debe a la rápida proliferación de nuestras amigas las bacterias. Estas pequeñas criaturas insaciables hacen de tu tabla de cortar su patio de recreo favorito en muy poco tiempo.

¿Cómo utilizar correctamente la tabla de cortar?

Cuando utilizas tu tabla de cortar, sueles cometer muchos errores. Empezando por una simple limpieza, que no basta para eliminar la suciedad y, sobre todo, las bacterias. Para evitar la propagación de bacterias, necesitas una tabla de cortar para cada familia de alimentos.

Para ello, elige un color que marque la diferencia. Por ejemplo: verde para las verduras, naranja para la fruta, azul para el pescado y rojo para la carne. Es un sistema que realmente funciona para limitar la contaminación de los alimentos.

Sin embargo, si dispones de un presupuesto muy limitado, sólo puedes tener dos tipos de tabla: una para los alimentos de origen vegetal y otra dedicada a los de origen animal.

¿Cómo elijo la tabla de cortar adecuada?

Si ves que tu tabla es muy vieja, tienes que cambiarla por una nueva. Los arañazos pueden favorecer la proliferación de gérmenes. También tienes que elegir el material adecuado para tu accesorio.

El modelo más sano e higiénico es la tabla de madera. Sin embargo, este material ha sido criticado por su porosidad, que puede absorber gérmenes. Lo ideal es optar por tablas de haya o bambú, respetuosas con el medio ambiente y duraderas.

¿Y la limpieza?

Para mantener limpia tu tabla de cortar, prueba estos remedios naturales incondicionales. Puedes elegir entre sal gorda, limón, bicarbonato sódico y vinagre blanco.

Pueden limpiar tu accesorio a la perfección, además de ser agentes antibacterianos naturales. Después de limpiarlos, ¡déjalos secar al aire!