La receta de hoy es absolutamente ligera, fácil de hacer y extraordinariamente sabrosa. La combinación del sirope de mermelada y la consistencia esponjosa del pastel de nubes hacen que este postre sea realmente increíble.
En primer lugar hay que hacer el merengue, una preparación dulce hecha con claras de huevo batidas a punto de nieve y azúcar. A veces se añade un aglutinante (en este caso maicena) a los merengues para darles un poco más de estructura.
Cómo hacer una tarta cremosa superligera
Ingredientes:
8 claras de huevo
80 g de azúcar de caña
20 g de harina de maíz
1 sobre de vainillina
350 g de mermelada sin azúcar
Agua
Preparación:
En primer lugar, verter la mermelada en un cazo pequeño. Calentar la mermelada a fuego medio, removiendo continuamente.
Cuando aparezcan las primeras burbujas, añadir ½ vaso de agua y llevar la mezcla a ebullición.
Seguir removiendo hasta obtener un sirope espeso y homogéneo.
Cuando esté listo, déjelo enfriar y viértalo en un molde de unos 20 cm de diámetro forrado con papel de horno.
En este punto, batir las claras de huevo (a temperatura ambiente) con una batidora eléctrica.
Cuando la mezcla empiece a tomar una consistencia firme, añadir el azúcar de caña, la vainillina tamizada y la harina de maíz tamizada y mezclar bien hasta que la mezcla esté bien montada.
Vierta la mezcla en el molde y alise la superficie con una espátula para obtener una superficie lisa y uniforme.
En este punto, transfiera el molde a un recipiente más grande apto para el horno al que habrá añadido agua.
Hornee el pastel de nata superligero a 150 °C durante 1 hora.
Si la superficie se oscurece durante el horneado, coloque una hoja de papel sulfurizado en la parte inferior para evitar que la superficie se queme.
Una vez horneado, retire el pastel del horno y déjelo enfriar completamente antes de servirlo.