No es fácil mantener limpio el horno. De hecho, este aparato de cocina es uno de los más utilizados en la cocina. Con él se puede preparar una gran variedad de recetas, tanto saladas como dulces. Sin un mantenimiento regular, es perfectamente normal acabar con incrustaciones en las paredes, así como en las rejillas y el cristal. Por eso es conveniente limpiar siempre el horno después de usarlo, pero no siempre es posible. Para evitar tareas lentas y agotadoras, puede recurrir a este método.
Limpiar siempre el horno: una “obligación” después de cada uso
Cuando se trata de la limpieza del hogar, los productos químicos han caído en desgracia, porque no sólo son ineficaces, sino también caros y poco respetuosos con el medio ambiente.
Por eso hay que adoptar soluciones naturales que sean el doble de eficaces. En el caso de un horno incrustado, podemos confiar en el combo de vinagre de vino blanco, limón y bicarbonato de sodio.
Aquí tienes los pasos a seguir:
- Mezclar el vinagre de vino y el limón;
- Pasar la solución a un pulverizador;
- Pulverizar las paredes interiores y el cristal del horno;
- Poner el horno a 180°C y colocar la película de plástico para evitar que el producto se seque;
- Pasados unos minutos, retira el film y comprobarás que las manchas han desaparecido.
¿Qué debo hacer si las manchas son especialmente resistentes?
En este caso, es aconsejable precalentar el horno a 50°C antes de limpiar. Una vez que el horno esté caliente, puede limpiar con bicarbonato de sodio y ácido cítrico.