Las facturas siguen subiendo y los gastos domésticos son cada vez más monstruosos. Hace un año, las subidas desmesuradas de las facturas eran muy fuertes, y esto sigue repercutiendo en la vida cotidiana. Para hacer frente a esto, la mayoría de los hogares prestan mucha atención a sus gastos cotidianos, y especialmente al uso de los electrodomésticos.
Es el caso del frigorífico, que es uno de los electrodomésticos que funciona 24 horas al día, 7 días a la semana. Si tienes frigoríficos antiguos, pueden suponer una parte importante del consumo eléctrico de tu hogar. Por eso hay que utilizarlo en las condiciones adecuadas.
Para ello, lo primero que tienes que hacer es comprobar que el frigorífico es de clase A+. Es el modelo que menos energía consume en comparación con otras clases. De hecho, un frigorífico antiguo puede consumir hasta un 60% más de energía que un modelo A+.
Como resultado, un electrodoméstico con una clase energética alta puede ahorrarle hasta 100 euros al año, lo cual es una suma bastante considerable.
También debe tener en cuenta el tamaño de su frigorífico. Si elige un modelo grande, como un frigorífico americano, este tipo de electrodoméstico puede consumir mucha energía para enfriar bien los alimentos. Esto puede aumentar el coste de tu factura energética.
¿Cómo puedo ahorrar dinero con mi frigorífico? Sólo los técnicos expertos conocen este truco.
Si tienes un frigorífico y no quieres que consuma mucha energía, instala el aparato en un rincón a la sombra, lejos de fuentes de calor. Puede ser el horno, la placa o la cocina. No exponga el frigorífico a la luz directa del sol, sobre todo si vive en una región con altas temperaturas, ya que podría dañar el aparato.
También debes mantener el frigorífico alejado de las paredes para garantizar una buena ventilación. Lo ideal es colocarlo a 20 centímetros de la pared para una mejor ventilación.
Tu electrodoméstico necesita respirar y ventilarse correctamente. Si no sigues este consejo, el consumo eléctrico aumentará en torno a un 10%.
Por último, para evitar tener un frigorífico que consuma demasiada electricidad, recuerda ajustar la temperatura. Debe estar entre 1 y 4 grados y el congelador a menos de 18 grados. Hay que evitar las temperaturas demasiado bajas, ya que pueden dañar tanto los alimentos como el propio aparato.