Las esponjas son nidos perfectos para microbios y bacterias. He aquí cómo deshacerse de ellas por completo.
En casa hay al menos una esponja para la limpieza diaria. Está dedicada a lavar los platos o la placa de cocción. Mucha gente piensa que esta clásica esponja de cocina es uno de los objetos más limpios que existen… ¡Y es un auténtico mito!
En la esponja de cocina, y no sólo en ella, hay miles y miles de millones de bacterias, entre ellas la Moraxella osloen sis, potencial vector de infecciones en personas inmunodeprimidas y responsable de los malos olores.
Investigadores de la Universidad de Duke han descubierto que incluso la estructura de las esponjas favorece la proliferación de estos diminutos microbios. Y no sólo la humedad constante combinada con la presencia de restos de comida atrapados.
De hecho, estudios científicos han demostrado que en una parte muy pequeña de la esponja se reproduce un número de bacterias equivalente a siete veces el de los habitantes de la Tierra. Una cifra tan elevada que llama la atención. Es más, se ha confirmado que si se intenta lavar o higienizar las esponjas en agua hirviendo o en el microondas, las bacterias se multiplican más que antes. Esto ocurre porque los microbios más dañinos son más resistentes. Vuelven a poblar sus zonas.
Cómo eliminar completamente las bacterias de las esponjas
En los últimos años, ha entrado en el mercado una de las herramientas más apreciadas por todos los aficionados al maquillaje. Hablamos de las Beauty-Blender.
Se trata de pequeñas y cómodas esponjas para aplicar el maquillaje. En el mercado las hay de todos los tipos y para todos los bolsillos. Son útiles y fáciles de manejar para extender productos líquidos sobre el rostro, especialmente la base de maquillaje, el corrector o el colorete.
Como la esponja entra en contacto directo con la piel, requiere un cuidado especial para no dañarla. No es necesario lavar, frotar o incluso desinfectar con agua todas las esponjas de maquillaje. Muchos investigadores han afirmado que la mejor solución para no dañar la piel y evitar ciertos riesgos es cambiar cada esponja al menos una vez a la semana.
Así que si tienes una o varias de estas esponjas de maquillaje usadas en casa, sal corriendo a tirarla y sustitúyela por una nueva.