¿No le gusta limpiar las cocinas y campanas de acero a causa de las incrustaciones? Para convertir esta pesadilla en un juego de niños, basta con utilizar una gota de este producto y ¡todo volverá a estar reluciente!
La cocina es sin duda una de las estancias más sucias de la casa debido a toda la suciedad que se acumula en ella a diario. Ya sean depósitos de grasa, polvo, gérmenes o bacterias, esta gran cantidad de suciedad necesita una limpieza eficaz.
Y esta suciedad no sólo se encuentra en el suelo o en la encimera, sino especialmente en la placa de cocción y la campana extractora.
Su placa y su campana volverán a estar como nuevas por menos de 2 euros.
La limpieza de la cocina es una tarea doméstica que requiere mucho tiempo y esfuerzo. Esto es especialmente cierto en cocinas que están muy incrustadas de salpicaduras de aceite, depósitos grasientos o restos de comida.
De hecho, son la placa de cocción y la campana extractora las que suelen verse afectadas por las incrustaciones. Y cuando estos equipos son de acero, limpiarlos no siempre es fácil.
Sí, el mercado ofrece una amplia gama de productos específicos para limpiar y abrillantar las superficies de acero. Sin embargo, los resultados no siempre están a la altura de sus expectativas, e incluso pueden dañar la superficie si se utilizan de forma incorrecta o se aclaran mal.
Entonces, ¿cuál es la solución para que tu placa y campana de acero brillen sin utilizar productos químicos? Este producto sorprenderá a mucha gente, y a nadie se le ha ocurrido utilizarlo.
¿Tiene idea de qué producto estamos hablando? Por menos de 2 euros, puedes limpiar y dar brillo a tu placa y campana de acero. Este producto milagroso es el aceite de bebé. Es el producto que usamos para masajear a los bebés en casa, y está de oferta a precio de ganga. A continuación te explicamos cómo utilizarlo si tienes una botella de este aceite.
- Limpia la suciedad de la campana extractora y de la placa de cocción con papel de cocina.
- Coge un algodón y vierte en él 5 gotas de aceite de bebé.
- Frótalo sobre la superficie de la placa y la campana, especialmente en las zonas incrustadas.
- A continuación, aclara con un paño húmedo y deja secar para evitar que se formen manchas.