Para blanquear unos cordones sucios, ¡olvídate de la lejía y prueba este sencillo remedio! Volverán a estar blancos, ¡y como nuevos!
Cuando lavas tus zapatos, no consigues eliminar las manchas de los cordones. Por suerte, puedes devolver la blancura a esos cordones sucios y ennegrecidos que arruinan el aspecto de tus zapatos.
Despídete de la lejía y opta en su lugar por estos remedios naturales, que pueden darte un resultado muy satisfactorio.
Cordones sucios y negros: prueba este sencillo remedio para que vuelvan a ser blancos
El bicarbonato de sodio es el primer remedio esencial cuando quieres limpiar algo. Gracias a sus propiedades blanqueadoras, este polvo blanco es el remedio que necesitas para que tus cordones viejos y muy sucios vuelvan a parecer nuevos.
Vierte agua caliente y jabón líquido en un barreño. A continuación, añade 250 gramos de bicarbonato de sodio. Deja los cordones sucios en remojo durante 2 ó 3 horas. Una vez transcurrido este tiempo, frótalos con un cepillo normal o un cepillo de dientes. A continuación, acláralos con agua limpia. Resultado: ¡cordones que brillan de blanco!
El limón también es uno de los remedios más valiosos para blanquear los cordones sucios. Pon un cazo con agua a hervir y vierte los trozos de un limón.
También puedes extraer el zumo y añadirlo al agua hirviendo. A continuación, sumerge los cordones en la solución de limón y déjalos durante 30 minutos. Acláralos antes de secarlos.
Agua oxigenada y pasta de dientes: remedios infalibles para blanquear los cordones de los zapatos
Poca gente sabe que el agua oxigenada tiene una excelente acción blanqueadora, especialmente sobre las fibras textiles. Para limpiar los cordones de tus zapatos, coge un barreño lleno de agua caliente y un vaso de agua oxigenada al 30%.
Sumerge los cordones en este líquido durante 30 minutos. Si tras el aclarado quedan manchas rebeldes, basta con repetir la operación hasta que desaparezcan definitivamente.
El último remedio es utilizar pasta de dientes, que también es muy eficaz sobre los tejidos. Coge un poco de pasta de dientes de pasta blanca y aplícala sobre los cordones. Frota con un cepillo, aclara y seca. El resultado te dejará sin palabras.
Sólo tienes que elegir el remedio más adecuado para ti y tus cordones quedarán como nuevos.