Consejos profesionales para evitar el mildiu en los tomates

Mucha gente que tiene un huerto opta por cultivar tomates. El tomate es una hortaliza de fruto que lo tiene todo: sabroso, jugoso y muy colorido. Se presta a una amplia gama de preparaciones, cada una tan apetitosa como la otra.

Pero, por desgracia, los tomates pueden infestarse de enfermedades fúngicas. Y hay que actuar de inmediato para no arruinar toda la cosecha. Entre las enfermedades más comunes, el mildiu ocupa el primer lugar.

Para tratar esta peligrosa enfermedad, vamos a darte algunas recetas de fungicidas naturales para combatir este hongo y evitar que destruya tus tomates.

Mildiu: ¿qué tratamientos naturales son los mejores?

Cola de caballo

Cuando el tiempo es húmedo, puedes rociar tus tomates con una infusión de cola de caballo. A continuación te explicamos cómo hacerlo:

  • Remoja 1 kg de cola de caballo fresca o 150 g de planta seca en 10 litros de agua durante unas 24 horas.
  • Después, hiérvela durante 20 minutos en una cacerola grande.
  • Tapar y dejar enfriar un momento.
  • A continuación, utilizar 5 partes de infusión por 100 partes de agua y pulverizar sobre las tomateras.

Extracto de salvia

Prepara extracto fermentado de salvia utilizando 1 kg de hojas y flores por 10 litros de agua. A continuación, diluya la solución resultante a 10 partes de agua por 100 partes de agua.

Manzanilla

Prepare una infusión de manzanilla infusionando 50 g de flores en 1 litro de agua. Antes de pulverizar la solución sobre los tomates, diluye 1 litro de infusión en 9 litros de agua.

Ajo

El ajo es un excelente repelente natural de hongos. Para preparar una infusión, utiliza 50 g de dientes de ajo por cada litro de agua. A continuación, diluya la solución en 4 partes de agua.

Utiliza este tratamiento a base de ajo en las tomateras durante varios días cuando haga sol.

Purín de ortiga

El purín de ortiga es uno de los mejores fungicidas naturales para combatir el mildiu en los tomates. Para elaborarlo, necesitas 1 kg de ortigas frescas sin flores, 10 litros de agua sin cloro y un recipiente grande.

  • Sumerge las ortigas en el agua, tapa el recipiente y déjalo reposar a la sombra.
  • Remuévelas cada dos días para liberar el gas que se acumula. Cuando tu preparado empiece a desprender olores desagradables, significa que todo va bien.
  • Tras unos 10 días de fermentación, y cuando ya no queden burbujas en la superficie, la fermentación habrá terminado.