Con la llegada del buen tiempo, por fin guardamos las botas y sacamos a relucir los zapatos blancos que combinan ligereza y versatilidad. De hecho, este tipo de calzado tiene la ventaja de adaptarse a todos los atuendos para conseguir un efecto elegante.
Desgraciadamente, los zapatos blancos se ensucian muy rápidamente y se vuelven antiestéticos en poco tiempo.
Para devolverles su brillo y blancura originales, aquí tienes algunos remedios caseros muy eficaces. ¡Eliminarán las manchas de tus zapatos blancos como por arte de magia!
Bicarbonato sódico
El primer remedio que te recomendamos es el bicarbonato de sodio. Es un ingrediente versátil con cualidades limpiadoras y blanqueadoras.
Para utilizarlo, mezcla 1 cucharada de bicarbonato de sodio con 1 cucharadita de jabón de Marsella hasta formar una pasta.
A continuación, extiende esta mezcla sobre tus zapatos blancos, frotando con un cepillo de dientes viejo. Presta especial atención a las zonas más manchadas.
A continuación, sumerge los zapatos en un barreño con agua tibia, bicarbonato y vinagre. Déjalos unos minutos antes de enjuagarlos con agua tibia. ¿El resultado? Unos zapatos que vuelven a estar como nuevos.
Jabón de Marsella
Para blanquear tus zapatos muy manchados, ¿por qué no pruebas a utilizar jabón de Marsella, un potente quitamanchas? Puede hacer maravillas en tus zapatos blancos.
Para ello, humedece los zapatos manchados y frota las manchas con el jabón de Marsella. Después, con un cepillo o un cepillo de dientes, frota los zapatos y acláralos con agua tibia para eliminar todos los restos de jabón.
Tus zapatos quedarán tan blancos como si los acabaras de comprar.
Zumo de limón
Además del bicarbonato de sodio y el jabón de Marsella, el limón no puede faltar en esta lista de remedios naturales para blanquear los zapatos. Este cítrico amarillo siempre ha sido famoso por sus propiedades quitamanchas y blanqueadoras.
Entonces, ¿cómo sacarle partido? Coge un cubo de agua caliente y vierte el zumo de 5 limones grandes. Sumerge tus zapatos blancos en la mezcla y déjalos reposar unas 3 horas.
Pasado este tiempo, acláralos y tendrás unos zapatos superblancos como nunca.
Sin embargo, si las manchas persisten, puedes aplicar una mezcla de bicarbonato de sodio y limón directamente sobre la mancha y frotar suavemente con un cepillo.