
Cómo crear un fertilizante para plantas en casa y darles el empujón de energía que necesitan.
A muchas personas les gustaría ayudar a que sus plantas crezcan, pero no tienen mucha habilidad para la jardinería. Gracias a nuestros consejos podrás preparar un abono casero, perfecto para darles una pequeña “ayuda extra”.

Este producto se conservará durante mucho tiempo, por lo que no tendrás que preocuparte por usarlo en el futuro inmediato. Para elaborar este producto necesitarás algunos ingredientes, los cuales podrás recuperar sin ninguna dificultad.
- Suelo universal
- Estiércol para jardinería
- Abono casero
- harina de huesos
- Fertilizante en polvo a base de neem
- Polvo de semilla de mostaza
- Sal de Epsom

Una vez que haya adquirido todos los ingredientes esenciales, sólo tendrá que labrar a fondo la superficie del suelo alrededor de la planta, para permitir que el fertilizante penetre hasta las raíces sin dificultad.
Preparación
Comience el procedimiento vertiendo una buena dosis de tierra universal en un recipiente bastante grande y agréguele unos 100 g de estiércol. Mezcla también un buen puñado de abono casero en la tierra.

Vierta el fertilizante de Neem, la harina de huesos y el polvo de semillas de mostaza en un bol, dividiéndolos en partes iguales. Mezclar todo y añadirlo a los elementos anteriores, añadiendo también una cucharada de sal de Epsom.
LEER TAMBIÉN Cuando encontramos un huevo roto ¿podemos usarlo? Esto es lo que hay que hacer
Una vez realizado este procedimiento tendrás a tu disposición un extraordinario fertilizante, que podrás utilizar tantas veces como quieras. De media se recomienda su uso una vez cada 20-30 días, pero puedes reducir el tiempo a dos semanas si quieres estimular aún más el ritmo de crecimiento de las plantas.

Si tuvieras que tratar muchas más plantas, sólo tendrás que aumentar proporcionalmente las cantidades de los ingredientes anteriores, de forma que te asegures todo el abono casero necesario para tus trabajos de jardinería doméstica.