El arroz es el cereal más consumido en el mundo después del maíz. Es un alimento rico en almidón, sabroso y saciante, que puede utilizarse en diversas preparaciones culinarias.
Sin embargo, cuando se prepara el arroz, a menudo se pega a la sartén. El resultado es un arroz de textura desagradable. Sin embargo, basta con unos pocos consejos para conseguir un arroz que no se pegue y se cocine perfectamente.
Preparación del arroz: 4 métodos infalibles para evitar que se pegue demasiado
Hay que ser un súper cocinero para poder preparar un arroz con un sabor perfecto y una textura sobresaliente. Si quieres tener el saber hacer de estos expertos, el secreto está en estos pocos consejos infalibles. Si intentas adoptarlos, ¡no volverás a echar de menos la cocción del arroz!
Dosificar el arroz
Para conseguir un arroz perfectamente cocido, hay que saber dosificar el arroz y el agua. Aunque mucha gente piensa que esto es un juego de niños, no es en absoluto así. Hay que saber cuánto arroz y cuánta agua utilizar. En general, la regla de oro es 1 parte de arroz por 2 de agua.
Aclarar el arroz
Es aconsejable aclarar el arroz con agua corriente antes de cocinarlo para eliminar el exceso de almidón de la parte exterior de los granos. Si lo haces correctamente, evitarás que el arroz se pegue y se vuelva viscoso durante la cocción.
Añada un poco de aceite de oliva
Para que el arroz tenga la consistencia perfecta, basta con añadir unas cucharadas de aceite de oliva a la cacerola con agua. Esta sustancia grasa evita que el arroz se pegue al fondo de la olla.
Además, el aceite de oliva realzará el sabor del arroz. En cuanto el agua empiece a hervir, añade inmediatamente el arroz que acabas de lavar.
Respetar el tiempo de cocción
Mucha gente acostumbra a confiar en su intuición a la hora de cocinar el arroz. Sin embargo, hay algunas reglas que debes seguir si quieres cocer el arroz a la perfección.
Calcule entre 20 y 25 minutos para obtener un arroz con la textura ideal. No obstante, debe comprobar de vez en cuando el estado del arroz, ya que cada variedad requiere un tiempo de cocción diferente. Por ejemplo, el arroz integral necesita más tiempo que otros tipos.