3 sabrosas ideas para reutilizar la masa de la pizza.

¿Te encanta la pizza pero nunca te comes la corteza? Sí, hay mucha gente como tú que se come generosamente la parte superior de la pizza y deja en el plato los restos, generalmente conocidos como la corteza.

Y cuando las cortezas de pizza se amontonan en el plato, tirarlas es sinónimo de desperdicio. Así que, ¿por qué no pedir a un experto algunas ideas ingeniosas para convertir esas cortezas de pizza de forma inteligente?

A partir de ahora, guarda las pizzas que te sobren y reutilízalas de esta forma ¡para evitar el desperdicio de alimentos!

Hacer picatostes

Convertir las cortezas de pizza en picatostes es, sin duda, el truco antidesperdicio más sencillo. Todo lo que tienes que hacer es retirar con cuidado las cortezas de pizza que quedan en los platos y cortarlas en dados pequeños. A continuación, ponlos a secar en una bandeja de horno. Cuando estén bien crujientes, puedes usarlos para adornar tu sopa o ensalada.

Si quieres una receta sencilla, coge los picatostes secos y fríelos en una sartén con un poco de aceite de oliva, albahaca y ajo. Estos ingredientes pueden dar a tus picatostes un sabor más intenso, al estilo italiano. Cuando estén listos, añádelos a una ensalada Niçoise o a una ensalada de tomates cherry con cebolla.

Preparar panecillos de huevo duro

Los huevos pasados por agua siguen siendo una preparación divina y sabrosa. Nos encanta comer esta receta con las pequeñas tiras de pan. Si tienes cortezas de pizza, no hace falta gastar dinero en pan.

Para convertirlos en magdalenas, corta las cortezas en pequeñas tiras y úntalas con un poco de mantequilla para darles más sabor. Y voilà, ¡tus huevos cocidos son una auténtica delicia!

Hacer torrijas

Si las cortezas de pizza que quedan en el plato aún no están manchadas por la salsa de tomate y otros ingredientes, puedes utilizarlas como pan normal y reciclarlas en unas deliciosas torrijas.

Para ello, coge las cortezas de pizza perfectamente limpias y sumérgelas en leche mezclada con azúcar y yemas de huevo. Cuando las cortezas estén blandas, fríelas en una sartén con mantequilla hasta que se doren. Después, disfruta de tus torrijas con una bola de helado de vainilla o un poco de caramelo.