Con una cucharadita de sal en el árbol de Navidad decimos adiós a un problema muy común. Así es como funciona.
Con la llegada de la Navidad, casi todos los hogares y negocios del mundo cuentan con un árbol de Navidad, que se ha convertido en uno de los auténticos símbolos de las próximas fiestas.
Según la tradición, el árbol de Navidad debe estar decorado antes del 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, aunque en algunas comunidades se adelanta el encendido del árbol debido a las celebraciones anticipadas.
ÁRBOL DE NAVIDAD: UNA TRADICIÓN ETERNA
Por ejemplo, en la ciudad de Bari, el 6 de diciembre, día de San Nicolás (patrón de la capital de Apulia), se enciende el árbol de Navidad en la famosa Piazza del Ferrarese, que marca el inicio de todas las actividades navideñas.
La tradición de decorar árboles de Navidad tiene orígenes antiguos, que se remontan a los Árboles del Paraíso, aunque el primer árbol de Navidad real tal como lo conocemos se construyó en Tallin, Estonia.
En su libro “La vida y aventuras de Santa Claus”, el escritor L. Frank Baum cuenta cómo Santa Claus creó el primer árbol de Navidad para darle un regalo a tres niños pobres.
Para darles alegría, Papá Noel trajo un árbol de su tienda, que decoró con velas, juguetes y golosinas, y luego hizo lo mismo en todas las demás casas de los niños que vivían modestamente.
Según el libro del autor de “El Mago de Oz”, así comenzó la tradición y cada familia del mundo buscaba un árbol para que Papá Noel lo decorara la noche de Navidad.
Por este motivo tendemos a decorar el árbol de Navidad y aunque algunos compramos o alquilamos un árbol de Navidad real, la mayoría elige uno fabricado en plástico que se reutiliza año tras año.
Sal en el árbol de Navidad: ¿para qué sirve?
Sin embargo, sucede que este está envuelto en plástico y guardado en un trastero o fuera de nuestra casa y cuando lo sacamos para que vuelva a ser visible en nuestras casas, tiene mal olor a estar cerrado.
Para evitarlo, es mejor limpiar a fondo todas las acículas y componentes de este árbol y para ello podemos utilizar un ingrediente muy específico que todos tenemos en casa.
Estamos hablando de sal. De hecho, disolviendo una cucharadita en un poco de agua caliente podemos rociarlo sobre nuestro árbol de Navidad y así desaparecerá cualquier olor a humedad y además tiene función desinfectante.
Además la sal también eliminará todo el polvo acumulado y evitará que se forme rápidamente y podremos decorar nuestro árbol de Navidad con luces, bolas y lo que queramos.
De esta forma evitamos sorpresas desagradables y estornudos por el polvo. Nuestro árbol de Navidad estará limpio y listo para ser admirado por nuestros amigos y familiares o incluso por nosotros mismos y podremos estar orgullosos del trabajo realizado para experimentar el espíritu navideño.