Una cremallera rota puede repararse por completo en sólo 2 minutos. Aquí tienes algunos consejos de sastres experimentados.

Cuando tienes una prenda con la cremallera rota, lo primero que te viene a la cabeza es encargar su reparación a una costurera experimentada y sustituirla por una nueva.

Sin embargo, debes saber que existen algunos métodos fantásticos que te permiten repararlas en un abrir y cerrar de ojos y evitar el coste de una costosa intervención. En menos de 2 minutos, ¡estará arreglada como si no se hubiera roto!

¿Cómo reparar una cremallera rota en 2 minutos?

Estás a punto de ponerte tu chaqueta favorita, pero la cremallera se ha roto de repente. Tienes que introducir la cremallera en el cursor para que cierre bien.

Para ello, lo mejor es calentar unas pinzas sobre una llama. Éstas se utilizan para reparar piezas rotas.

A continuación, corta dos trocitos de tela del mismo color que la cremallera rota, colócalos por encima y por debajo de la cremallera y pégalos en su sitio utilizando las pinzas.

Cuando el pegamento se seque, verás que la cremallera ya no está deshilachada. Ahora puedes cerrar la chaqueta sin problemas.

Si el problema afecta a la pieza de plástico de la base de la bisagra, necesitarás un trozo de plástico flexible del mismo tamaño que el dañado. Entonces, sella este trozo de plástico a la parte rota. Con la ayuda de un cúter, retire las partes que sobresalen y el cierre quedará reparado.

A veces, el objeto utilizado para manipular el deslizador de la cremallera está dañado. En este caso, necesitarás un objeto metálico para sustituir el gancho que falta.

Si la cremallera de una mochila está enfurruñada y no se mueve, la causa es la oxidación. Sin embargo, puedes solucionar este problema utilizando un simple desatascador. Basta con rociar la cremallera y todo vuelve a la normalidad.

Otro problema habitual de las cremalleras es que se abren por el centro. Esto significa que ya no se puede abrochar, por lo que hay que apretarla. Para ello, necesitas unos alicates y dos trocitos de plástico cortados de una botella. Coloca los trozos de plástico entre el deslizador y la tela. A continuación, aplica presión con los alicates para evitar que el plástico se suelte con facilidad. Y ya está, tu cremallera vuelve a estar como nueva.