Un vaso de sal gorda puede resolver inmediatamente estos problemas del baño.

Mantener el cuarto de baño limpio y libre de olores no es tarea fácil. Por su propia naturaleza, esta estancia de la casa tiende a ensuciarse con facilidad, y presenta diversos problemas como malos olores, manchas y humedades.

Para limpiar el cuarto de baño, la mayoría de la gente utiliza los detergentes del mercado, que son perjudiciales para el medio ambiente y nuestra salud.

Hoy vamos a ver cómo solucionar estos problemas en el cuarto de baño y mantenerlo siempre limpio utilizando sólo un vaso de sal gorda.

Malos olores en el desagüe del baño

Al entrar en el cuarto de baño, enseguida se percibe un olor desagradable procedente del desagüe del inodoro. Lo primero que viene a la mente en este caso es echar varios detergentes perfumados para combatir el desagradable olor.

Afortunadamente, la sal puede venir al rescate. Llena un vaso con sal gorda y échala por el desagüe del inodoro. Déjalo toda la noche. Por la mañana, vierte un cubo de agua hirviendo por el desagüe, con cuidado de no quemarte. Ya está, adiós a los malos olores. De hecho, la sal tiene una función absorbente que elimina los malos olores del desagüe.

Manchas amarillas en el baño

Las manchas son un problema común en el cuarto de baño. A menudo se observan manchas amarillas en el inodoro. Suelen deberse a depósitos de cal, que se vuelven amarillos al absorber el color del ácido úrico. La sal también puede ayudar en este caso, con su potente acción limpiadora y abrasiva.

Añade un poco de agua a un vaso lleno de sal gorda. Cuando tengas una mezcla más compacta, extiéndela sobre la mancha amarilla del inodoro con un pincel. Déjala toda la noche.

A la mañana siguiente, frota con un cepillo para eliminar la mancha definitivamente. Verás que las manchas amarillas desaparecen tras unas pocas pasadas con el cepillo.

Si quieres un remedio más eficaz para deshacerte de esas manchas amarillas, también puedes añadir bicarbonato de sodio a la mezcla.

Inodoros y duchas sucios

La sal es extraordinariamente eficaz para limpiar los lavabos y duchas amarillentos. Gracias a sus propiedades blanqueadoras y abrasivas, puede eliminar incluso las manchas más resistentes. No es casualidad que también se utilice para blanquear la ropa y eliminar las manchas amarillas sin recurrir a la lejía.

Para ello, combínalo con bicarbonato sódico para obtener un limpiador supereficaz. Mezcla 1 vaso de bicarbonato de sosa y 1 vaso de sal gorda con agua hasta obtener una mezcla espesa. Aplícala en el baño con una esponja y déjala actuar unas horas.

Por último, aclara y verás que tu baño está limpio y brillante. ¡Es casi como si lo acabaras de comprar!