Un vaso de sal en el baño mantiene la habitación limpia y sin olores.

El cuarto de baño es una de las estancias más sucias de la casa. Puede acumularse suciedad, moho y malos olores.

Para mantenerlo limpio, a menudo nos apresuramos a utilizar productos comerciales, la mayoría perjudiciales para la salud.

Pero, ¿por qué no echar un vistazo a la despensa, donde ingredientes repletos de propiedades insospechadas pueden simplificar las tareas domésticas?

Uno de ellos destaca por sus múltiples cualidades. Se trata de la sal gorda. Basta con utilizar un vaso de este producto natural y tendrás un baño reluciente de limpieza y libre de olores desagradables.

Para eliminar las manchas amarillas de los inodoros

La sal es el ingrediente perfecto para eliminar las manchas amarillas que suelen formarse en los inodoros al mezclarse los depósitos de cal y el ácido úrico.

Gracias a las excelentes propiedades limpiadoras de la sal, puede utilizarla para eliminar estas manchas amarillas. Para ello, mezcla 1 vaso de sal gorda con un poco de agua hasta formar una pasta.

A continuación, aplícala sobre las manchas amarillas y déjala actuar toda la noche. Por la mañana, frota enérgicamente con el cepillo del inodoro antes de tirar de la cadena. Y voilà, ¡no más manchas amarillas en tu inodoro!

Para eliminar los olores de las tuberías

Al abrir la puerta del cuarto de baño, a menudo se percibe un olor muy desagradable. Por lo general, estos olores proceden de los desagües del inodoro o la ducha. Para acabar con esta molestia, un vaso de sal puede solucionarlo todo.

Coge un vaso lleno de sal gorda y viértelo en el lavabo. Déjalo toda la noche y, a la mañana siguiente, añade un cubo de agua hirviendo. Y ya está, se acabaron los malos olores.

Para eliminar la cal de los grifos

Muchas superficies del cuarto de baño se ven afectadas por la cal porque el agua corre constantemente sobre ellas. Es el caso de los grifos y las duchas.

Afortunadamente, la sal puede solucionar este problema actuando como desincrustante natural.

Mezcla 2 cucharadas de sal con 200 ml de agua y vierte la mezcla resultante en un pulverizador. A continuación, rocíala sobre los grifos y la alcachofa de la ducha. Deja actuar durante 10 minutos, luego pasa una esponja y aclara.