
¿Cuántas veces te has secado con toallas duras y ásperas al tacto? Una auténtica tortura, sobre todo después de una ducha o un baño relajante. El problema se debe a la acumulación de cal, restos de jabón y suavizante entre las fibras del tejido, que con el tiempo tienden a endurecerse y perder su suavidad. Los lavados repetidos y las dosis excesivas de suavizante solo empeoran la situación, volviéndolas aún más desagradables: ¡de mal en peor!
Toallas ásperas: el truco de la manzanilla

Sin embargo, mantén la calma, porque la situación se puede solucionar, siempre que conozcas y apliques las técnicas adecuadas. De hecho, existen remedios naturales simples y efectivos que pueden darle nueva vida a tus toallas viejas. Entre estos, el método más popular es el que implica el uso de manzanilla . Un método inusual y muy casero, pero efectivo. Y, en última instancia, lo que cuenta es el resultado.

Además de tener propiedades calmantes y relajantes, la manzanilla es una panacea para las fibras de las toallas . Pon a hervir un litro de agua, apaga el fuego e infusiona 4 o 5 bolsitas de té de manzanilla . Déjalo enfriar bien. Vierta la mezcla en un balde o palangana llena de agua tibia y sumerja las toallas limpias. Déjalas en remojo al menos durante un cuarto de hora, luego exprímelas y cuélgalas para que se sequen a la sombra, lejos de la luz solar directa.

¡En este punto estarán suaves y fragantes como si los acabaras de comprar! Para maximizar el efecto, quizás agregue una cucharada de bicarbonato de sodio . Si el resultado sólo le satisface parcialmente, repita el procedimiento. Si al principio las toallas parecen muy incrustadas, déjalas en remojo durante media hora.
Es importante evitar el uso de la secadora: corre el riesgo de arruinar el fruto de su duro trabajo. Aunque muchas veces resulta útil en este caso concreto, solo empeoraría el estado de las toallas, que se volverían aún más duras.