Trucos para mantener la cortina de la ducha siempre limpia

Entre las estancias de la casa donde se acumula una mayor cantidad de humedad encontramos sin duda el baño y la ducha, ya que allí se suele utilizar agua a altas temperaturas, lo que genera vapor y condensación.

Por todo ello, es inevitable que se deba prestar mayor atención y mantenimiento a cada rincón de este ambiente, ya que la formación de moho siempre está justo detrás de la puerta. Entre las superficies que se deben mantener siempre limpias y bajo un cuidadoso control, encontramos la cortina de la ducha que, al entrar en contacto con la humedad, tiene una probabilidad muy alta de generar este molesto problema.

Además de ser absolutamente antiestético, el moho puede provocar diversos problemas de salud, ya que provoca reacciones alérgicas, asma, irritación y mucho más. Precisamente por ello siempre es recomendable tratar inmediatamente las zonas afectadas cuando aparece e incluso intentar prevenir su formación.

Siguiendo unos sencillos consejos conseguiremos liberar nuestro baño del moho, intentando además evitar su aparición.

Después de cada uso, restos de los detergentes utilizados para lavarnos podrían quedar depositados en la tienda; Es útil enjuagar abundantemente antes de salir de la bañera, eliminando también todos los posibles residuos, como pelos.

Una vez terminada la ducha, siempre debemos recordar dejar la cortina bien extendida, para que no queden arrugas y se seque más rápido. De esta forma evitaremos la acumulación de humedad y la consiguiente formación de moho.

Un buen hábito que siempre debemos tener presente es mantener nuestro baño lo más ventilado posible, para que siempre podamos obtener un resultado óptimo y un mantenimiento constante, ya que de esta forma no habrá acumulación de vapor.

La cortina de la ducha también necesita una limpieza periódica, de hecho, para mantener su mejor aspecto y durante el mayor tiempo posible, es recomendable lavarla en la lavadora aproximadamente una vez al mes.

Si hay manchas en la tela, antes de lavarla en la lavadora, frota una mezcla de vinagre blanco y agua usando un cepillo de cerdas suaves.