
Uno de los mejores materiales para utilizar en la cocina es, sin duda, el acero inoxidable, ya que es muy resistente, es difícil que los malos olores queden impregnados en él, es muy práctico y fácil de cuidar.
A pesar de esto, sin embargo, puede suceder que, si no se le presta la atención adecuada, tienda a quedar manchado y, a la larga, su limpieza podría volverse cada vez más compleja.
De hecho, el acero suele, si no se seca correctamente, tiende a presentar molestas manchas de cal que alteran su brillo.
Precisamente por eso, hoy hemos decidido desvelarte un truco perfecto para conseguir que nuestro fregadero de acero inoxidable quede absolutamente perfecto y brillante.

Por muy resistente que sea, el acero todavía tiende a ensuciarse, rayarse y opacarse y por eso serán necesarios algunos ingredientes útiles para obtener un resultado perfecto, devolviendo nuestro fregadero a su aspecto original.
Lo que necesitaremos será:
- ½ taza de vinagre blanco
- ¼ taza de aceite de oliva
- Jugo de ½ limón
- 1 paño de microfibra
- 1 cepillo de cerdas suaves
- 1 toalla de papel de cocina
Una vez hayas cogido todo lo necesario, lo primero que deberás hacer evidentemente será vaciar por completo el fregadero, retirando todo lo que pueda haber en su superficie.
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En este punto crearás una mezcla con vinagre blanco y jugo de limón, extendiendo la mezcla por toda la superficie, dejándola actuar durante unos 15 minutos, para que elimine los gérmenes y bacterias presentes.
Una vez pasado el tiempo necesario, con ayuda del cepillo de cerdas suaves se frotará todo y finalmente, con un paño de microfibra húmedo se podrá proceder a la limpieza.
Es importante recordar aclarar todo con abundante agua caliente, para eliminar de la mejor manera posible todos los restos de los productos utilizados para la limpieza.
Para darle ese toque de brillo, como recién comprado, lo que necesitas es espolvorear toda la superficie con una fina capa de aceite de oliva.
Una vez aplicado, deja actuar unos cinco minutos y solo entonces, con ayuda de papel de cocina, podrás secar el exceso que haya quedado en el fregadero.
En este punto nuestro fregadero de acero inoxidable no sólo estará perfectamente limpio, desengrasado e higienizado, sino que también habrá obtenido el brillo perfecto que se merece.