¿Tarros de cristal que huelen? ¡Te contaré el secreto de mi abuela!

Los frascos de vidrio son una excelente solución para almacenar alimentos, especias u otros artículos. Pero tenga cuidado: si se descuidan, corren el riesgo de desprender mal olor . Este es un problema recurrente, especialmente frecuente al principio, cuando todavía se cometen muchos errores por la poca experiencia en el campo.

Entonces es fácil tomar malas decisiones, dictadas por la falta de conocimiento y, quizás, un poco de pereza. Los problemas surgen especialmente si los tarros de cristal contienen alimentos a base de pescado, carne o salmuera.

Cómo eliminar los malos olores de los tarros de cristal

Frascos de vidrio malolientes

Si es así, ¿cuál es la solución a adoptar? ¿Cómo se puede volver a poner en buen estado, preferiblemente sin demasiado esfuerzo? Uno de los mejores métodos es utilizar mostaza en polvo . Para aprovechar sus cualidades, pon cinco gramos y 1,5 litros de agua caliente en el tarro en cuestión, ciérralo y agita bien. Déjalo en remojo durante 24 horas y finalmente enjuágalo con agua caliente.

muchos frascos

Si es la tapa la que huele mal , pon en un bol dos vasos de agua y la misma cantidad de vinagre de vino. Sumerja las tapas en la mezcla y déjelas por al menos un par de horas; Luego enjuágalos, siempre con agua caliente .

Paso

Ahora bien, quizás se pregunte por qué funcionan los métodos que acabamos de sugerir. La mostaza en polvo tiene propiedades antibacterianas y antisépticas , lo que la hace muy valiosa en las tareas del hogar. Fácil de encontrar, probablemente ya lo tengas en tu despensa: si fuera así, ¡mejor aún! El ahorro es importante, especialmente hoy, dado el fuerte aumento de los precios tras el estallido de la inflación. Las mismas consideraciones se aplican al vinagre de vino, que tiene efectos desengrasantes y desinfectantes . Tanto los tarros como las tapas quedarán perfectamente higienizados y listos para su reutilización.

Ah, casi lo olvido: las dos soluciones sugeridas anteriormente son ecológicas, es decir, sin impacto ambiental. En una época en la que el planeta hace sonar constantemente las alarmas, conviene limitar al mínimo el uso de productos químicos.