Sólo con un poco de vinagre podrás limpiar el acero de tu cocina y darle brillo.

En nuestras cocinas es fácil encontrar tanto fogones como fregaderos en acero, dada su gran resistencia. A primera vista parecen delicados porque tienden a ensuciarse con bastante facilidad, pero es igual de sencillo restaurarlos para dejarlos en buen estado. Así que veamos cómo limpiar el acero con un sencillo ingrediente natural, que seguro que ya tienes en tu despensa: el vinagre blanco, cuyas propiedades son de sobra conocidas.

Cómo limpiar y dar brillo al acero de tu fregadero con un poco de vinagre blanco
Limpiar acero con vinagre.
El vinagre blanco se utiliza para diversas tareas, como higienizar y desodorizar el frigorífico . Además, como decíamos al principio, es un excelente aliado para la limpieza del acero.

Una de sus principales ventajas es su capacidad de resultar eficaz, sin resultar abrasivo . Es por esto que en esta circunstancia lo recomendamos frente al bicarbonato de sodio . Aunque en innumerables ocasiones alabamos sus alabanzas, es mejor no aplicarlo sobre el acero, para evitar rayarlo. Un riesgo evitado gracias al vinagre blanco.

Toma una esponja suave y vierte en ella una cucharada de vinagre. Luego, limpia toda la superficie donde se esconde la suciedad. Además de quitarlo, elimina cualquier mancha , dejando la estufa brillante y reluciente. Si se ha limpiado con estropajos abrasivos en el pasado, le habrán quedado rayones, más o menos visibles.

Prueba a quitarlas echándoles un poco de vinagre y dejándolas reposar al menos un cuarto de hora. Después, enjuagar y secar bien. Esperemos que el intento tenga éxito: dependerá también de la profundidad de las señales.

Hundir
En cuanto al fregadero , el agua deja marcas de cal . Basta con utilizar un poco de vinagre para eliminar los restos. Recuerda secarlo al final.

Grifo
Cerramos con las rejillas de la encimera . Remójalos en una mezcla de vinagre y agua tibia (o caliente), en dosis iguales. Dependiendo del tipo de incrustación (y del tiempo que la dejaste pasar antes de intervenir), déjala pasar un rato y luego frótala. Haz lo mismo con los incendios .

Repite la operación periódicamente para asegurarte de que no se ennegrecen.