Las orquídeas son unas de las plantas ornamentales más apreciadas, no sólo por su belleza, sino también por su floración exótica y duradera. Sin embargo, después de la floración hay un periodo delicado. No siempre está garantizado que broten y crezcan nuevas flores. En cuanto las flores se marchitan, hay que darles todos los cuidados necesarios para garantizar un buen ciclo de floración siguiente.
Sigue estos consejos al pie de la letra para potenciar la floración de las orquídeas en otoño
El primer paso es podar el tallo floral, que está en proceso de secarse. Sin embargo, esta tarea no es definitiva, ya que el tallo puede permanecer verde y ser capaz de producir nuevas ramas.
Corta sólo el tallo seco con unas tijeras limpias, desinfectadas y afiladas. También puedes utilizar tijeras de podar. Al podar, hazlo lo más cerca posible de la base para no dañar las hojas ni las raíces aéreas.
Segunda etapa: trasplantar
La segunda etapa consiste en trasplantar. Básicamente, esta planta decorativa no requiere un trasplante regular, pero deberá hacerlo cuando el sustrato ya no sea adecuado. Lo mismo ocurre cuando el tamaño de la maceta y el de la orquídea no son compatibles.
Proporcionar la luz adecuada a hojas y raíces
Incluso en plena fase post-floración, siempre hay que prestar especial atención a la luz. Así que no dude en colocar la maceta de la orquídea junto a una ventana luminosa para proporcionar la cantidad de luz adecuada a las raíces y las hojas. Sin embargo, evite la exposición directa a la luz solar.
¿Y el riego?
A diferencia del verano, las plantas de otoño necesitan un riego menos frecuente. Así se evita la podredumbre de las raíces, que puede provocar otros problemas.
