a esponja para platos puede resultar de gran ayuda en las pequeñas operaciones diarias. En su ausencia, sería imposible o casi imposible mantener limpia la casa. Sin embargo, se puede pasar por alto un aspecto igualmente importante: la facilidad con la que tiende a ensuciarse. Con el tiempo será inevitable sustituirlo.
Para determinar el momento adecuado, basta con prestar atención a la forma y al color, que tenderán a cambiar hasta volverse irreconocible. Además, desprende un hedor insoportable, otra alarma más sobre su deterioro .
Esponja para platos: con qué frecuencia reemplazarla y por qué
Si tienes un lavavajillas, puede ayudarte a que vuelva a estar como nuevo. En caso contrario, una buena solución consiste en agua caliente y bicarbonato de sodio o vinagre de vino blanco , en el que sumergir la esponja. Enjuáguelo con agua corriente y déjelo secar.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, la sustitución periódica es inevitable y debe realizarse al menos un par de veces al mes . Entonces cada consideración depende, por supuesto, de su uso: la nuestra es sólo una indicación general.
Valorar si es adecuado o no cambiar la esponja para platos en función de las condiciones en las que se presenta la utilizada. Con el tiempo irá perdiendo su consistencia característica, así que no te sientas culpable. Aunque hay una manera de alargar su esperanza de vida, llegará el momento en el que tendrán que decir adiós.
Ya te hemos contado las señales anteriormente: el olor nauseabundo es una señal de alerta, al igual que la pérdida de la forma y color original . Si ambos lados de la esponja comienzan a perder pedazos no habrá mucho que hacer excepto darse por vencido y comprar uno nuevo.
Además, tener una esponja para platos en mal estado supondrá realizar un trabajo de limpieza mediocre . No importa cuánto tiempo y esfuerzo le dediques, te decepcionarás. Y cuando algunos puntos se desvanezcan, haciendo que el color ya no sea uniforme, tendrás una confirmación definitiva.