
El blanqueador es un producto económico y ampliamente utilizado que tiene fuertes propiedades desinfectantes, pero a veces puede hacer más daño que bien . A la hora de lavar las sábanas, por ejemplo, hay que tener cuidado al utilizarlo, ya que con el tiempo podría amarillearlas o erosionarlas. Para esta tarea en concreto existen otros remedios que pueden ayudarnos a obtener magníficos resultados sin arriesgar nada.

Todos sabemos lo agresivo que es el blanqueador para la ropa y un uso excesivo e involuntario puede provocar daños irreparables. Al lavar prendas blancas como sábanas y toallas, por ejemplo, pueden aparecer manchas amarillas y desgastar los tejidos de forma irreparable. Por eso, hoy queremos mostrarte algunas alternativas más naturales y sencillas que te permitirán lucir una ropa blanca y suave como la nieve.
Por ejemplo, puedes utilizar vinagre blanco . Este ingrediente, presente en todos los hogares, tiene un fuerte poder blanqueador y suavizante. Añadiendo medio vaso directamente a la lavadora junto con el detergente tus sábanas quedarán blancas, suaves y perfumadas. Alternativamente, puedes remojar la ropa en una tina llena de agua, a la que agregarás un vaso de vinagre. Después de dejarlas en remojo durante la noche, exprímelas y ponlas en el cesto para un lavado clásico.

Otro aliado en esta operación puede ser el limón , cuyo poder desengrasante y quitamanchas es de sobra conocido. Exprimir un limón, filtrar el zumo y meterlo en la lavadora te dará un resultado sorprendente. Lo mismo ocurre con el ácido cítrico , un producto natural extraído de los cítricos que cada vez es más popular y es excelente para lavar a mano o a máquina.
Incluso el peróxido de hidrógeno doméstico (10 volúmenes) no es una excepción. Añadiendo una cucharada junto al detergente actúa perfectamente contra las manchas, sin riesgo de estropear la ropa.
Por último, pero no menos importante, por supuesto, el bicarbonato de sodio . Extremadamente útil por sus numerosos remedios y trucos para poner en práctica dentro del hogar, sin duda no podía faltar en esta lista. En este caso puedes actuar como creas conveniente. Puedes poner un par de cucharadas en el cajón del detergente, o directamente en el tambor con la ropa, el resultado siempre será excepcional.