¿Has plantado tomates? ¿Sabía que hay que desenterrar las tomateras cuando termina la temporada de verano?
¿Tienes un espacio al aire libre donde plantas diversas hortalizas? Sí, es una buena idea, y entre las hortalizas más comunes es imposible no mencionar el tomate. Los tomates tienen fama de ser fáciles de cuidar y, sobre todo, muy fáciles de plantar.
Sin embargo, a menudo oímos que hay que quitar a toda costa los tallos de las tomateras cuando acaba el verano. ¿Es realmente necesario?
Cultivo de tomates: el abonado y el riego son esenciales
Para cultivar tomates grandes y jugosos, hay que regar bien las plantas. Para ello, acuérdate de regar las raíces y no el follaje, ya que esto puede favorecer la aparición de ciertas enfermedades, en particular el mildiu.
En cuanto al abono, introdúcelo en el hoyo de plantación antes de colocar las semillas o las plantas jóvenes. También puedes añadir bicarbonato sódico.
El abono ayuda a las plantas a crecer bien, gracias a todos los nutrientes que aporta.
De todos los abonos disponibles en el mercado, selecciona el producto con mayor contenido en potasa y limítate a la cantidad que necesites utilizar.
Arrancar las tomateras después del verano: ¿mito o realidad?
Los jardineros expertos recomiendan a menudo retirar las tomateras después del verano. Pero, ¿es realmente imprescindible?
¿Ha oído alguna vez que hay que arrancar las tomateras después del verano? Muchos jardineros dicen que es bueno para las plantas. Sin embargo, otros confirman que es una práctica innecesaria. Si eres un jardinero aficionado, puedes perderte en medio de estas discrepancias.
Así que, si no estás seguro de qué hacer, debes saber que es una práctica que puede aportar innumerables beneficios a tus plantas.
Por lo general, los tomates necesitan luz solar y temperaturas altas para prosperar. Cuando llega el otoño, las plantas se secan y ya no pueden soportar las bajas temperaturas.
Para evitarlo, se recomienda arrancar las tomateras de la tierra y colocarlas en una maceta en un invernadero o en casa.
De este modo, las plantas pueden seguir viviendo mientras producen los últimos frutos. Una vez recolectados los últimos frutos, las plantas pueden tirarse o depositarse en el compostador.