Quitar el óxido de los objetos en 5 minutos: el truco que no todo el mundo conoce

l óxido es una forma de oxidación del hierro y de algunos otros metales que contienen hierro . Cuando los objetos metálicos se exponen al aire, la humedad y el agua, el oxígeno reacciona con el hierro del metal para formar un óxido de hierro conocido como óxido.

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El óxido es de color marrón rojizo y puede dañar la superficie del metal.

La velocidad de oxidación depende de muchos factores, incluida la composición del metal, la temperatura, la humedad y la presencia de productos químicos corrosivos. Por ejemplo, el hierro puro se oxida muy rápidamente cuando se expone a la humedad y al oxígeno del aire, mientras que el acero inoxidable es más resistente a la corrosión porque contiene cromo y otros elementos que evitan que se forme óxido.

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El agua es un factor crítico en el proceso de oxidación . Cuando el metal se sumerge en agua o se expone a la humedad, la superficie del metal puede volverse porosa y permitir que el oxígeno reaccione con el hierro dentro del metal.

La temperatura también es un factor importante . La velocidad de oxidación aumenta al aumentar la temperatura porque la energía térmica aumenta la velocidad de las reacciones químicas. Además, la presencia de productos químicos corrosivos puede acelerar la tasa de oxidación.

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Para evitar la formación de óxido, los objetos metálicos se pueden proteger con capas protectoras como pintura, galvanización o encapsulación. Además, los objetos metálicos se pueden diseñar con aleaciones o materiales que resistan la corrosión, como el acero inoxidable.

Si tienes algún objeto oxidado en casa, prueba a utilizar este sencillo remedio antes de tirarlo.

Remedio para liberar un objeto del óxido

Para poner en práctica este remedio necesitarás: papel de aluminio, jugo de 3 limones, vinagre blanco, 3 cucharadas de bicarbonato de sodio.

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Corta los trozos de aluminio y sumérgelos en jugo de limón. Frote la superficie de los objetos a limpiar. Si notas que el óxido no se ha desprendido del todo, utiliza vinagre. Viértelo en un recipiente y sumerge el objeto oxidado hasta cubrirlo. Déjalo toda la noche, frótalo con un paño empapado en bicarbonato de sodio y límpialo con un paño seco.