Quemar unas hojas de LAUREL en una habitación: esto es lo que sucede al cabo de apenas 10 minutos

ntes de que la medicina moderna viera la luz, las plantas se utilizaban para tratar diversos problemas de salud. En particular, el uso del laurel se ha prolongado durante milenios debido a sus excepcionales propiedades terapéuticas. 

¿Por qué quemar hojas de laurel?

Prender fuego a las hojas de laurel.

Ricas en elementos fundamentales como calcio, hierro, magnesio, manganeso, potasio, vitaminas A y C, las hojas de laurel ayudan a calmar los dolores corporales. Además, mejora la sensibilidad a la insulina y es útil para regular el azúcar en sangre . Y, tras una comida abundante, permite sentir alivio, favoreciendo la digestión. 

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Por si fuera poco, ayuda a regular la presión arterial, reducir el colesterol y lograr un sueño profundo. Para aprovechar sus cualidades, prepara una sabrosa infusión para beber justo antes de acostarte.

queme hojas de laurel secas en un cenicero para que el humo se extienda por toda la habitación. No se debe inhalar, sino utilizar para “perfumar” el ambiente, como el incienso . Sírvelo de forma segura, a una distancia prudente de objetos inflamables y con cuidado de no quemarte.

Tarro de hojas de laurel

La combinación única de químicos en las hojas desprende una sustancia que puede calmar el cuerpo y la mente . Quienes lo utilizan periódicamente notan el alivio de la tensión, la reducción del cansancio y la consecución de un estado de relajación.

Recientemente, la Asociación Americana de  Anestesiólogos de Enfermería  ha constatado que la sustancia linalol , presente en cantidades generosas, reduce significativamente el nivel de ansiedad , cuyos efectos se sienten rápidamente, a los 10 minutos de la inhalación de los vapores. 

hoja de laurel

Las hojas también son un remedio popular en el tratamiento de vías respiratorias bloqueadas y pulmones enfermos . Alivian el tracto respiratorio de mocos y esputos, que provocan molestias. Sin embargo, en este caso, en lugar de quemarlos, opta por ponerlos en agua limpia o utilizar el aceite que se obtiene de ellos como humidificador de aire.