
odos vivimos en un mundo donde no podemos disfrutar de nada, el tiempo pasa inexorablemente y el estrés hace nuestra vida muy pesada. Por este motivo intentamos optimizar el tiempo disponible incluso cuando vamos de compras. Vamos al supermercado y metemos en el carrito lo primero que encontramos. Esta acción es errónea porque deberíamos detenernos y pensar cuánto puede afectar esto a nuestra salud y al medio ambiente. Por eso hoy te hablaremos sobre el gasto sostenible y te mostraremos cómo hacerlo.

Cómo comprar de forma sostenible y ayudar a tu salud y al medio ambiente
Para adoptar un estilo de vida saludable y realizar compras sostenibles tendrás que empezar a elegir productos de kilómetro cero, alimentos locales, frescos y de temporada, muchas veces vendidos directamente por los productores. De esta forma garantizarás una alimentación más sana , habrás ayudado al medio ambiente reduciendo residuos de producción, habrás reducido residuos de envases y habrás ayudado a la economía local.
Otra forma de gasto sostenible la representan los Grupos de Compra Solidaria, personas que promueven el consumo consciente, creando redes de compra locales que aumentan la calidad de los productos y el respeto al medio ambiente. En algunas zonas, a través de algunas iniciativas, es posible pedir productos locales a través de plataformas sociales.
Si tienes que comprar alimentos como huevos, quesos y embutidos debes centrarte en productos procedentes de granjas que garanticen el bienestar animal. Por ejemplo, los huevos deberían proceder de gallinas criadas en libertad, mientras que los embutidos y los quesos deberían proceder de empresas que utilicen alimentos saludables y eviten el uso de medicamentos.

En los últimos años nos hemos dado cuenta de cuánto daño han causado los malos comportamientos a la salud y al medio ambiente y hemos empezado a mirar atrás y a inspirarnos en el estilo de vida de nuestros abuelos. Por ejemplo, han surgido varias empresas que venden productos de barril, lo que reduce la necesidad de embalaje y la emisión de residuos. Un ejemplo típico son los cereales de barril, la pasta o la leche que se pueden comprar directamente a los distribuidores, reciclando botellas que tenemos en casa. Por último, para un gasto sostenible, es fundamental limitar el uso de productos desechables como pañales, maquinillas de afeitar, platos, vasos y otros artículos.