Cuando comemos plátanos, la cáscara suele acabar en la basura. Esto es un gran error, dado que estos residuos alimentarios son increíblemente útiles en el mundo de la belleza y la jardinería.
Por regla general, los jardineros expertos utilizan las cáscaras de plátano como abono para potenciar el crecimiento, la floración y la fructificación de las plantas.
Pero, ¿sabes qué plantas aprecian este tipo de abono? Aquí tienes una lista tan larga como tu brazo.
Cáscaras de plátano: ¿son buenas para las plantas?
Ya seas aficionado o profesional, los jardineros expertos te dirán que las cáscaras de plátano son muy buenas para las plantas.
Si preparas un abono natural con cáscaras de plátano, aportas a tus plantas nutrientes esenciales que contribuyen a su vigor y salud. Entre ellos se encuentran minerales específicos como el calcio, el magnesio, el fósforo y el potasio.
Aquí tienes la lista de plantas que prosperan con la cáscara de plátano.
Desde las plantas ornamentales hasta las hortalizas y los árboles frutales, la mayoría de las plantas aprecian las cáscaras de plátano.
Sin embargo, este tipo de abono está especialmente recomendado para las plantas que producen flores y frutas. Hay una buena razón para ello: las cáscaras de plátano contienen una abundante cantidad de potasio, que potencia la floración y fructificación de las plantas. Así que no es necesario utilizar este abono en espinacas o lechugas.
En general, debes utilizar cáscaras de plátano para abonar plantas hortícolas como tomates, calabacines, berenjenas y pepinos. También son beneficiosas para los arbustos en flor y los árboles frutales, a los que les encanta este abono natural. No olvide que los rosales también aprecian este abono natural.
¿Cómo utilizar las cáscaras de plátano para abonar las plantas?
Ahora que ya sabes qué plantas adoran las cáscaras de plátano, necesitas saber cómo utilizar este residuo natural para nutrir las plantas de la mejor manera posible.
La forma más sencilla es colocar la cáscara de plátano directamente al pie de la planta. Este método consiste en enterrar la cáscara de plátano en la tierra alrededor de la base de la planta.
Para ello, corta las cáscaras en trozos pequeños para aprovechar al máximo sus propiedades. Estos pequeños trozos se descompondrán rápidamente y los nutrientes se esparcirán por la tierra y llegarán a las plantas.