¿Sabías que si pones semillas de manzana en la nevera, ocurrirá algo sorprendente? ¡Debes probarlo inmediatamente!
La manzana es una fruta beneficiosa a cualquier hora del día. Puede ser un tentempié sano y delicioso que sacie tus ansias de comer y, además, es muy saciante.
Aunque la pulpa y la piel de esta fruta son especialmente ricas en antioxidantes y nutrientes esenciales para el cuerpo humano, no debemos olvidar las semillas, que ofrecen propiedades que nadie sospecharía.
Manzana: una fruta estupenda para el organismo
La manzana es una fruta versátil que ofrece beneficios excepcionales para el organismo. Si estás siguiendo una dieta de adelgazamiento, esta fruta es ideal para llevar una alimentación saludable.
La manzana también ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre, a regular los niveles de azúcar en sangre y a combatir el riesgo de enfermedades crónicas y cardiopatías. De hecho, esta fruta es una fuente inagotable de fibra, antioxidantes, minerales y vitaminas.
Para un bienestar nutricional completo, basta con comer una manzana, ya que tiene muy pocas calorías.
Comiendo esta nutritiva fruta, se puede perder peso al tiempo que se previene la diabetes. Esta fruta también tiene un efecto antiasmático y ayuda a mantener la regularidad intestinal.
Para aprovechar todos estos beneficios, los expertos recomiendan comer una manzana al día.
Semillas de manzana: ¿por qué guardarlas en la nevera?
Cuando acabes de comerte una manzana, no tires las pepitas a la basura. Te recomendamos que las guardes en la nevera. Quizá no sepas que de una sola semilla puede crecer un manzano.
Para ello, envuelve las semillas de manzana en papel de cocina húmedo y colócalas en una caja de plástico. Cierra bien el recipiente y espera unos 10 días.
Al cabo de unos días, verás que salen algunas raíces de las semillas. Ahora es el momento de ponerlas en una maceta con tierra húmeda. Haz un pequeño agujero en la tierra para poner la semilla con algunas raíces.
Durante esta fase, te recomendamos que utilices unas pinzas para enterrar las raíces dentro de la maceta para no dañarlas. Cúbrelas con un poco de tierra antes de regarlas. A continuación, coloca la maceta en un lugar soleado.
Al cabo de un mes, trasplanta tu manzano a una maceta más grande para que se desarrolle de forma rápida y sana.