¿Por qué se agrietan los tomates y cómo puede evitarse este problema?

Muchas personas con huertos cultivan tomates. Pero durante la cosecha, los tomates pueden partirse. ¿Por qué ocurre esto y qué se puede hacer al respecto?

¿Cultivas tomates en tu huerto? ¿Ha cosechado alguna vez frutos rajados? Sí, los tomates pueden agrietarse, pero aún así son seguros para el consumo. Aquí tienes algunos consejos para evitar que se formen estas grietas.

El fenómeno de los tomates agrietados es muy común, sobre todo entre los horticultores aficionados. Tener tomates que no son perfectos no es casualidad. De hecho, hay una razón muy clara para ello.

Simplemente tienes que encontrar la solución adecuada para evitar este tipo de problemas. De ese modo, recogerás tomates en excelentes condiciones.

¿Por qué se agrietan los tomates?

Si cosechas tomates agrietados, significa que has descuidado el riego de tus tomateras. En otras palabras, has puesto demasiada agua, aunque a los tomates no les gusta demasiada agua, sobre todo cuando están empezando a madurar.

Lo mismo ocurre con las lluvias torrenciales, que atacan a tus tomates tras un largo periodo de sequía. Como explica Jardin et Potager, los tomates crecen rápidamente y la piel explota. Como consecuencia, se forman grietas en el fruto.

Este fenómeno suele afectar a los tomates maduros, ya que la piel exterior se vuelve cada vez más frágil a medida que el fruto madura. Sin embargo, si los tomates están agrietados, son perfectamente comestibles.

Tenga la seguridad de que comerlos no supone ningún peligro para su salud. Sin embargo, debe comerlos rápidamente para evitar que se pudran.

¿Cómo evitar este tipo de problema?

Para evitar los tomates agrietados durante la cosecha, hay que tomar algunas precauciones. El riego es la principal causa de los tomates agrietados, por lo que hay que regarlos correctamente.

Para cosechar tomates bonitos, Maison & Travaux también recomienda acolcharlos. Colocar una capa de 5 a 7 centímetros de mantillo en la base de las tomateras mantendrá la tierra húmeda para que no se seque.

El acolchado también evita la invasión de malas hierbas. Para ello, elige mantillo orgánico de paja, corteza triturada o agujas de pino.

Si vives en una región donde llueve mucho, pon los tomates en un invernadero para protegerlos mejor.