Durante el invierno se ven bufandas atadas a los árboles. Pero, ¿qué significa esto realmente?
Cuando pasee por la ciudad, es probable que vea un fenómeno bastante inusual durante el invierno. Es posible que vea bufandas adheridas a árboles o postes.
Esto no significa que sea un accesorio perdido, pero es una práctica que esconde una realidad totalmente distinta.
Bufandas de colores: ¡no de adorno!
En algunas ciudades del mundo ya se pueden ver bufandas sujetas a árboles, postes y vallas cuando acaba de empezar la temporada de invierno. No se trata en absoluto de accesorios decorativos, sino de un gesto de consuelo.
Bufandas colgadas de los árboles: para ayudar a los sin techo
El fenómeno de las bufandas es muy popular en las ciudades estadounidenses. Y es seguro que la práctica se extenderá por todo el mundo.
La tradición tiene su origen en una mujer estadounidense que buscaba una forma de ayudar a las personas sin hogar. Se le ocurrió la idea de colgar bufandas de árboles y postes para que pudieran ser utilizadas, especialmente en condiciones meteorológicas extremas.
La idea de esta mujer estadounidense, que dirige una organización benéfica en Carolina del Norte, ha conquistado a otras personas que viven en otras ciudades. Varios pueblos han adoptado esta ingeniosa idea, y algunas personas también le envían bufandas para ayudar a los sin techo.
Así, cuando empieza a bajar la temperatura, las bufandas se colocan en determinados lugares del barrio, en un lugar visible, para que los sin techo las vean y las cojan.
¿Qué ocurre con este fenómeno en Francia?
En Estados Unidos se ha popularizado esta forma de ayudar a los sin techo. De hecho, muchas asociaciones especializadas en ayudar a los sin techo han participado en esta práctica.
En Francia, una organización llamada “Tricot solidaire” quiere reproducir el mismo concepto. Para ello, la organización ha pedido a sus suscriptores que confeccionen prendas de lana para compartirlas con los sin techo en cuanto llegue el otoño.
Si quieres participar en esta iniciativa, puedes hacerlo aunque no sepas tejer. Si no se te da bien tejer, sólo tienes que donar una bufanda u otra prenda de abrigo que ayude a proteger del frío a las personas sin hogar.