

El ajetreo de la semana muchas veces nos impide ocuparnos de la limpieza de la casa tanto como nos gustaría. Los fines de semana tenemos tiempo para retocar, pero a medida que la suciedad se acumula se vuelve mucho más difícil de eliminar. A continuación le mostramos cómo solucionar el problema y mantener su piso como nuevo con unos sencillos pasos.
Cuidar de las tareas del hogar requiere tiempo, paciencia y atención, pero debido a las numerosas obligaciones, a menudo se descuidan. Sin embargo, la suciedad no tiene excusas y se acumula inexorablemente. Una de las cosas más difíciles y molestas de limpiar son sin duda las juntas de los suelos.
PISO COMO NUEVO: ¿CÓMO FUNCIONA?
La lucha contra la suciedad puede ser realmente agotadora, por lo que a veces hay que recurrir a medios más fuertes. Antes de descubrir los medios naturales para eliminar toda la suciedad, podemos intentar limpiar las líneas de lechada con peróxido de hidrógeno. Ya ha sido probado no sólo como desinfectante para heridas, sino también como quitamanchas en caso de que manches tu ropa con sangre y/o vino.
Para utilizar este método, el procedimiento es el siguiente: sumerge un cepillo de dientes viejo en peróxido de hidrógeno, frótalo sobre las líneas de lechada, déjalo reposar unos minutos y enjuaga. Si eso tampoco funciona, la lejía es la última opción.

En este caso, es recomendable ponerse guantes antes de proceder; luego mezcle tres o cuatro cucharadas de lejía en un litro de agua y, como siempre, use su viejo y confiable cepillo de dientes para aplicar la solución a las líneas de lechada. También en este caso se debe dejar actuar la mezcla durante unos diez minutos antes de enjuagar.
También se puede utilizar vinagre: en este caso basta con mezclar dos partes de agua tibia y dos partes de vinagre, mojar un trapo en la solución resultante, frotarlo sobre las juntas y dejar actuar unos minutos. Si la suciedad persiste podemos probar a echar vinagre blanco puro sobre las juntas sin diluirlo en agua.
Cómo quitar la suciedad del suelo: con este remedio natural
Para que las juntas de nuestros suelos vuelvan a ser blancas y brillantes no tenemos que depender de productos específicos que muchas veces pueden resultar demasiado caros. Todo lo que necesitamos es un cepillo de dientes viejo, agua y bicarbonato de sodio. Primero calentamos un poco de agua y añadimos pequeñas cantidades de bicarbonato hasta conseguir una sustancia cremosa.

Sumerge el cepillo de dientes en la mezcla resultante y frótalo sobre las articulaciones. Después de dejarlo actuar unos veinte minutos, retira todo y ¡el resultado será impresionante!
