PELÍCULAS DE LIMÓN, YA NO HAY QUE TIRARLAS: SI LAS METAS AL WC, PASA ESTO
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Cáscaras de limón: no tirar
Los limones son muy útiles no sólo en la cocina sino también para la limpieza de la casa. Veamos cómo utilizar sus tazas en el baño.
Las cáscaras de limón nunca deben desecharse, sino reutilizarse con resultados sorprendentes. Veamos estos a continuación.
Cáscaras de limón: no tirar
Los limones son una fruta muy utilizada en la cocina. Se utilizan para realzar el sabor de muchos platos, preparar licores y mermeladas y son una fuente excesiva de vitamina C. Sin embargo, tras su uso en la cocina, sus cáscaras no se deben tirar. Esto se debe a que tienen numerosas propiedades que también afectan a la higiene del hogar.
Por ejemplo, la cáscara de limón puede ayudar a limpiar el baño y especialmente el propio inodoro. El baño es el lugar donde se acumulan más bacterias y gérmenes que cualquier otra habitación. Esto se debe a que se utiliza para lavar, lo que genera humedad y favorece la proliferación de microorganismos. El baño debe limpiarse periódicamente para evitar una mayor reproducción. Además de la limpieza, también es importante ventilar el baño periódicamente. De esta forma se reduce la humedad.
A la hora de limpiar nuestro hogar, muchas veces recurrimos a productos químicos muy caros y no siempre tan eficaces. Afortunadamente, el limón viene a rescatarnos con su piel. Veamos cómo hacerlo.
Limpiar el inodoro con cáscaras de limón.
Tu propio baño se puede desinfectar con la ayuda de cáscaras de limón. Se utilizan para eliminar rápidamente la suciedad y los malos olores. Sin embargo, también se puede añadir bicarbonato de sodio y vinagre a las cáscaras de limón, especialmente para la suciedad más rebelde.
Entre las propiedades del limón destacan las higiénicas y desengrasantes, pero no sólo: también blanqueantes. A menudo se utiliza para blanquear no sólo superficies sino también tejidos.
Las pieles que necesitas son las de cuatro limones. Puedes usar el jugo en la cocina. Mientras que las cáscaras te servirán y se deben colocar en un bol junto con medio litro de agua fresca. La mezcla se debe agitar durante dos minutos y luego filtrar en una botella mediante un colador.
Ahora necesitas espolvorear la taza del inodoro con bicarbonato de sodio. Solo después de eso podrás verter la mezcla obtenida previamente. La solución actuará inmediatamente, ayudado por el uso del cepillo. Luego cierre el inodoro y deje reposar la solución durante la noche.
Cuando tiras de la cadena por la mañana, encontrarás la taza del inodoro completamente blanca y brillante y con un olor fantástico. El mismo método también se puede utilizar para blanquear otros accesorios de plomería, como lavabos y bidés. Sólo recuerda dejarlo reposar y enjuagar bien después. No volverás a utilizar productos químicos y ahorrarás mucho dinero.