El papel de aluminio se utiliza mucho en el hogar, no sólo para guardar y cocinar alimentos, sino también para afilar tijeras, limpiar cubiertos y abrillantar ollas y sartenes.
Pero el papel de aluminio tiene un uso poco habitual en el jardín. Averigüe de qué se trata.
Papel de aluminio en macetas
El papel de aluminio es un accesorio que se utiliza casi a diario en la cocina. Sin embargo, también tiene otros usos sorprendentes.
Al preparar el semillero, puede utilizar papel de aluminio como pantalla reflectante. Esto aumentará el calor y la cantidad de luz que reciben las semillas. Además, si el semillero está en el exterior, estarás bien protegido del viento. Puedes forrar un cartón o una tabla de madera con papel de aluminio.
También puedes utilizar papel de aluminio para mantener a los pájaros alejados de tus frutales. Basta con pegar unas tiras de papel de aluminio a las ramas del árbol que quieras proteger.
El papel de aluminio también es un buen accesorio para alejar a los caracoles de las plantas del jardín. Para ello, cubra la base de la planta con papel de aluminio y coloque piedras encima para evitar que el viento se lo lleve. Esta técnica también es útil para proteger tus plantas de los parásitos que se introducen en el tallo o bajo las hojas.
¿Qué se puede hacer contra los roedores en el jardín?
Aunque en las tiendas se venden repelentes químicos eficaces, nada mejor que los productos naturales, inofensivos para los pequeños bichos del jardín. En casa, hay un accesorio muy popular que puede ayudarte a resolver este problema.
Reciclar papel de aluminio es una forma excelente de producir menos residuos y ahorrar dinero al mismo tiempo. Para ello, cubre toda la maceta con papel de aluminio cortado. De este modo, la luz se reflejará en el papel de aluminio para iluminarla y los animales pequeños se mantendrán alejados de la planta.
Este mismo truco es útil tanto en puertas como en ventanas para repeler insectos y pájaros que quieran entrar en casa. Colgar tiras de papel de aluminio en el balcón ayudará a mantenerlos alejados tanto cuando brille el sol como con el viento por el ruido que hacen.