La manzana es sin duda una de las frutas que más encontramos en el interior de los hogares. Una fruta jugosa que también es buena para ti. Les gusta tanto a los niños como a los adultos. Pero no sólo se puede consumir como fruta de mesa, sino que se presta a multitud de preparaciones, como tartas de manzana, mermeladas caseras y las deliciosas manzanas rebozadas fritas. Sin embargo, a menudo se utiliza la pulpa y se desechan las cáscaras. Pues a partir de hoy aprenderás que puedes darle otro uso a las cáscaras de manzana . Excelente remedio para la limpieza de ambientes, veamos cómo utilizarlos de manera efectiva.
Para perfumar y limpiar
Para aquellos que aún no lo saben, las cáscaras de manzana se prestan a muchos usos. En primer lugar, es posible crear un delicioso ambientador . En este caso las cáscaras se deben dejar secar al sol. Recién cuando estén secas se pueden colocar en una bolsa de tela añadiendo una ramita de canela. Puedes colocar este desodorante natural dentro de cajones y armarios . Alternativamente, se utilizan cáscaras de manzana para limpiar. Pero veamos cómo crear un limpiador multiusos eficaz y perfecto para cualquier superficie.
Limpiador multisuperficies
Lo que podemos crear con las cáscaras de nuestras manzanas es un detergente que se puede utilizar sobre cualquier superficie. Una especie de vinagre de manzana natural que parece poder tener una acción antimicrobiana. Desengrasante y desinfectante, el compuesto que vamos a crear es capaz de eliminar la cal, pero también de limpiar el horno, los cristales y el suelo. Si quieres ropa perfumada, puedes añadir una pequeña cantidad a la lavadora. Todo lo que necesitas preparar es:
- 200 g de pieles y corazones de manzana;
- 400 ml de agua;
- 2 cucharadas completas de azúcar.
Lo primero que debemos hacer es licuar las manzanas añadiendo también el azúcar y el agua. Luego se filtra el líquido obtenido, machacando el puré con un cucharón para no perder ni una gota. Se debe colocar todo dentro de un frasco de vidrio hermético y luego cubrir la tapa con un trozo de papel absorbente y una goma elástica. El frasco lleno debe guardarse en un lugar cuya temperatura esté entre 20 y 25 grados, pero alejado de la luz. Cada 3 semanas se recomienda agitar. Sólo cuando empieces a oler el típico olor a vinagre la mezcla estará lista para ser utilizada.