

El truco de la escoba es único y permite secar el suelo en tan solo un minuto: ya no es necesario abrir las ventanas.
Cuando llega el invierno, fregar el suelo se convierte en un auténtico estrés. Nunca se seca y el ambiente se llena de humedad, lo que tiene un efecto dominó que ya todos conocen, que es la formación de moho. Gracias a los expertos en limpieza se puede aplicar el truco de la escoba, intuitivo y muy sencillo, para lavar los suelos incluso en invierno cuando hace frío. Por supuesto, también puedes utilizar el método en verano.
SUELOS EN INVIERNO: ¿CÓMO SECARLOS?
A la hora de lavar los suelos en invierno, lo primero en lo que piensas es en abrir puertas y ventanas. Incluso si hace frío afuera, este gesto permite que la humedad que ha surgido en la habitación escape y respire aire saludable. Además, el suelo se seca rápidamente a pesar de las bajas temperaturas.
También es mejor si los calefactores/radiadores están activados para que el calor se propague por las habitaciones y seque las superficies lo más rápido posible. No hay forma de evitarlo, lavar los suelos en invierno es un auténtico estrés.

También hay otras sugerencias de expertos que se pueden implementar:
En primer lugar, es bueno colocar un felpudo al lado de la puerta de entrada. Esto es para limitar la suciedad y garantizar que los zapatos se limpien antes de entrar a la casa; Lo mismo ocurre si colocas diferentes alfombras por toda la casa. Desafortunadamente, si la humedad es inevitable, limitarán el crecimiento de moho y mantendrán la casa mucho más limpia. Truco de escoba para suelos: También se puede utilizar en invierno
Luego está el truco de la escoba, que se suele utilizar cuando los días son húmedos y fríos. Lo primero que se debe hacer con la cerámica y la madera dura es utilizar un producto de limpieza que actúe en profundidad y sea fácil de eliminar.
En invierno es posible realizar una limpieza a fondo, pero en cualquier caso es fundamental elegir el producto de limpieza adecuado. Los expertos recomiendan un agente limpiador biológico que contenga limón y alcohol desnaturalizado. Luego están las soluciones con vinagre blanco en lugar de lejía o el clásico bicarbonato de sodio con aceites esenciales.

El método consta de dos pasos diferentes:
El primer paso es limpiar el suelo con una fregona escurrida para eliminar cualquier rastro de suciedad y manchas rebeldes; El segundo paso es coger una escoba -mejor si es plana- y secar todo el suelo con ayuda de un paño limpio. En tan solo unos minutos podrás tener una superficie limpia, fragante y seca, para no tener que abrir las ventanas en el duro invierno. Esta solución es adecuada para cualquier tipo de suelo.