Así hice crecer un mango desde la semilla ¡en mi balcón!

Introducción

¿Quién no sueña con tener su propio árbol frutal en casa y poder disfrutar de sus deliciosos frutos? Yo tenía ese sueño hace algún tiempo, pero no sabía por dónde empezar. Sin embargo, decidí intentarlo y hoy puedo decir que tengo un hermoso árbol de mango creciendo en mi balcón. En este artículo, quiero compartir mi experiencia y explicar cómo logré hacer crecer un mango desde una semilla en una maceta. Sí, ¡en mi propio balcón!

¿Por qué elegí cultivar un mango en mi balcón?

En primer lugar, el mango es mi fruta favorita y siempre tuve la ilusión de tener un árbol de esta fruta en mi hogar. Además, me encanta el hecho de cultivar mis propios alimentos y así tener un contacto más directo con la naturaleza. Además, al vivir en una zona urbana, no contaba con un espacio amplio para tener un jardín, por lo que cultivar un mango en una maceta en mi balcón era una excelente opción.

¿Cómo preparé la semilla?

El primer paso para hacer crecer un mango en mi balcón fue conseguir una semilla de mango madura. La obtuve de un mango que compré en el mercado y la limpié cuidadosamente con agua tibia para asegurarme de que no quedaran restos de pulpa. Luego, la dejé secar al sol durante unos días.

Una vez seca, retiré la piel marrón que cubría la semilla con cuidado, dejándola al descubierto. Hice esto con una uña o con un cuchillo sin filo para no dañar la semilla. Este paso es importante ya que la piel evita que la semilla respire y se pudra.

Preparación de la maceta y la tierra

Antes de colocar la semilla de mango en la maceta, es necesario preparar la tierra y elegir una maceta adecuada. Yo utilicé una maceta grande de al menos 30 cm de diámetro para que la planta tuviera suficiente espacio para crecer. Además, asegúrate de que la maceta tenga buen drenaje para evitar encharcamientos.

En cuanto a la tierra, opté por una mezcla de compost, tierra para macetas y arena para asegurar un buen drenaje y rica en nutrientes. También es importante añadir un poco de perlita para evitar la compactación del suelo y permitir que la semilla respire adecuadamente.

Siembra de la semilla y cuidados iniciales

Con la maceta lista, es hora de sembrar la semilla. Colocamos la semilla en la maceta con el lado plano hacia abajo y la cubrimos con una capa de tierra de aproximadamente 5 cm de espesor. A continuación, regamos suavemente para humedecer la tierra y asegurarnos de que la semilla esté bien cubierta y en contacto con la tierra.

Después de sembrar la semilla, es importante colocar la maceta en un lugar cálido y con suficiente luz solar. Es recomendable mantenerla a temperatura ambiente, entre 20 y 25 grados Celsius. Asegúrate de regar la maceta regularmente para mantener la humedad adecuada en la tierra.

¿Cómo cuidé mi mango en crecimiento?

Durante los primeros meses, es necesario estar pendiente de la planta y asegurarnos de que reciba los cuidados necesarios. Por ejemplo, regarla regularmente para mantener la humedad en la tierra, pero sin encharcarla. También es necesario fertilizarla cada 3 meses para asegurar que obtenga los nutrientes necesarios para su crecimiento.

Además, es importante que la planta reciba suficiente luz solar. Si vives en un lugar donde no hay mucha luz natural, puedes utilizar luces artificiales para ayudar al crecimiento de la planta. Otro factor a considerar es la poda. A medida que la planta crece, es necesario podarla suavemente para estimular su crecimiento y mantenerla con una forma adecuada.

Éxito en el crecimiento del mango

Después de seguir estos pasos y cuidar mi planta con esmero, mi mango comenzó a crecer rápidamente y en poco tiempo tuve que trasplantarlo a una maceta más grande. Con el paso del tiempo, la planta se convirtió en un hermoso árbol de mango que hoy en día da frutos deliciosos.

Además, una ventaja de tener un mango en maceta es que puedo controlar su tamaño y mantenerlo adecuado para mi balcón. Si quisiera tener un árbol de mayor tamaño, podría trasplantarlo a un lugar en el jardín o en un terreno más amplio.

Conclusión

Cultivar un mango desde una semilla en mi balcón ha sido una experiencia gratificante y enriquecedora. Aunque requiere de ciertos cuidados y paciencia, ver cómo crece y da frutos un árbol que tú mismo has cultivado es algo maravilloso. Además, es una forma sencilla de tener contacto con la naturaleza y disfrutar de frutas frescas y saludables en casa. Sin duda, lo recomiendo a cualquier persona que tenga un espacio reducido y quiera tener su propio árbol de mango. ¡Anímate y comienza a cultivar tu propio árbol frutal!