¿Te encantan las plantas de interior y has convertido tu casa en un jardín botánico? Sí, es una idea estupenda para decorar tu hogar.
Además, las plantas ornamentales son grandes aliadas a la hora de purificar el aire interior y alegrar tu hogar. Con todas estas propiedades beneficiosas, es importante mantener limpias las plantas, sobre todo su follaje.
Para ello, hay que quitarles el polvo con frecuencia. Sin embargo, debe saber que se trata de una operación que debe realizarse con cuidado y delicadeza para evitar dañar sus plantas.
¿Por qué hay que limpiar el follaje de las plantas?
Aunque algunos expertos critican las virtudes descontaminantes de las plantas, algunas especies vegetales son capaces de aliviar las alergias. Otras se utilizan por sus propiedades absorbentes, que neutralizan la humedad y los malos olores de su hogar.
Sin embargo, para que tus plantas desempeñen su papel, debes limpiarlas a diario eliminando el polvo que se deposita en las hojas. El polvo puede ser un estorbo y, sobre todo, destruye el aspecto atractivo de tus plantas. Este es el caso del aloe vera, que es una hermosa planta con propiedades antiinflamatorias.
¿Cómo limpiar las hojas de tus plantas de interior?
Si no estás acostumbrado a limpiar el follaje de tus plantas, debes saber que la cantidad de polvo en las hojas depende del tipo de limpieza que tengas que hacer.
Si su casa se encuentra en una zona rural ventosa o cerca de una vía muy transitada, el polvo es inevitable. El polvo también es inevitable si vives en una ciudad en obras importantes.
Entonces, ¿con qué frecuencia debe limpiar las hojas de sus plantas si están invadidas por el polvo? La respuesta es cada quince días.
Para ello, tienes que evaluar la situación tocando las hojas con los dedos y frotando suavemente. Si notas que hay una buena capa de polvo que no se desprende fácilmente, es hora de limpiarlas.
La mejor forma de limpiar las plantas de interior es sacarlas al exterior. A continuación, rocía suavemente las hojas con un pulverizador. No olvide apoyar ligeramente las hojas con la mano durante la operación de limpieza.
Para las suculentas o los cactus, la solución más sencilla es utilizar una botella pulverizadora y rociarlas suavemente, ya que estas plantas no pueden soportar la fuerza de una boquilla pulverizadora.