Con la llegada de las altas temperaturas también ha llegado el momento de retirar el edredón de la cama para dejar espacio a mantas más frescas y ligeras.
Al retirarlos, antes de guardarlos a la espera de que vuelva el frío, sería recomendable limpiarlos ya que durante los meses de uso han acumulado cierta cantidad de polvo, gérmenes y bacterias.
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Esto sucede porque, durante la noche, tendemos a sudar mucho y los líquidos perdidos durante el sueño tienden a penetrar dentro de nuestro edredón sin que nos demos cuenta, formándose y proliferando gérmenes de todo tipo.
Por tanto, para erradicar eficazmente estos microorganismos, es muy importante lavarlos antes de guardarlos a la espera del regreso de la temporada invernal.
El lavado debe realizarse al menos una vez al año, prestando atención a la posible presencia de manchas, para poder pretratarlo antes del lavado, para estar más seguro de que las manchas se puedan eliminar más fácilmente.
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Una vez completado, solo queda pasar al lavado, para lo cual es importante leer atentamente la etiqueta y la información que contiene para comprender mejor la temperatura máxima que se puede utilizar y si es posible lavarlo en la lavadora. máquina o es necesario llevarlo a una lavandería especializada.
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Se suele aconsejar, a la hora de lavar un edredón, evitar el uso de suavizante ya que este, al penetrar en la trama, crea una capa entre las plumas, enredándolas.
Una vez finalizado el lavado en lavadora, también es recomendable realizar un doble aclarado, para evitar que restos de detergente queden anidados en el tejido y lo estropeen.
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En cuanto a la centrífuga, es muy importante que se haga, pero a baja velocidad, ya que de lo contrario se podrían formar grumos antiestéticos y molestos en su interior, dañando así el acolchado.
En la mayoría de los casos, los edredones se pueden secar en la secadora. Gracias a este paso se evitará la formación interna de grumos, además de acelerar el proceso de secado, evitando así la formación de humedad y malos olores. La única precaución es evitar el uso de temperaturas demasiado altas que podrían dañar el acolchado.
Por último, es importante elegir el detergente adecuado , optando principalmente por un producto líquido, ya que es menos probable que deje manchas o forme grumos. Conviene seleccionar detergentes para prendas delicadas o específicos para edredones.
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Normalmente la temperatura a utilizar no debe superar los 60 C°, pero existen tipos de edredones que también pueden soportar temperaturas más elevadas; por este motivo es importante leer atentamente las etiquetas.
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Evidentemente es importante comprobar que el edredón cabe fácilmente dentro de nuestra lavadora, evitando sobrecargarla ya que, de esta forma, podría estropearse y además el edredón no se limpiaría correctamente. En cualquier caso es aconsejable utilizar un programa para prendas delicadas para no estropear el tejido.