La planta de jade (Crassula ovata), también conocida como “árbol de la abundancia” o “árbol del dinero”, es una de las suculentas más queridas y fáciles de cuidar. Su aspecto elegante, con hojas carnosas de color verde brillante y un tronco robusto que recuerda a un bonsái, la convierte en una joya natural ideal para interiores y terrazas.
Además de su belleza, se le atribuyen significados especiales: se dice que atrae la prosperidad, la buena suerte y la energía positiva. Pero más allá de las creencias, la planta de jade es una compañera perfecta para quienes buscan una planta resistente, decorativa y duradera.
1. Origen y características
Originaria del sur de África, la planta de jade pertenece a la familia de las suculentas.
Almacena agua en sus hojas y tallos, lo que le permite sobrevivir en ambientes secos o con pocos riegos.
Con los cuidados adecuados, puede vivir más de 20 años e incluso alcanzar hasta 1,5 metros de altura. En invierno, si recibe buena luz y algo de frescor nocturno, puede sorprenderte con pequeñas flores blancas o rosadas agrupadas en racimos.
2. Dónde colocar la planta de jade
El lugar ideal para la planta de jade es un sitio muy luminoso, con al menos 4 o 5 horas de luz solar indirecta al día.
Le encanta el sol suave de la mañana o el de la tarde. Si la tienes dentro de casa, colócala cerca de una ventana orientada al este o al sur.
Temperatura ideal: entre 18 y 28 °C.
Evita exponerla a corrientes de aire frío o a temperaturas por debajo de 10 °C.
3. Tipo de maceta y sustrato
El secreto para que la planta de jade crezca sana está en un buen drenaje.
Usa una maceta de barro o cerámica, con orificios en la base para evitar el exceso de agua.
Sustrato recomendado:
- 60 % tierra para cactus o suculentas.
- 30 % arena gruesa o perlita.
- 10 % compost o humus de lombriz.
Esta mezcla garantiza que el agua fluya con facilidad y que las raíces respiren.
4. Riego: menos es más
Uno de los errores más comunes con la planta de jade es regar en exceso.
Durante la primavera y el verano, riega cada 10 a 15 días, solo cuando la tierra esté completamente seca.
En otoño e invierno, reduce los riegos a una vez al mes.
Si notas que las hojas se arrugan ligeramente, es señal de que necesita agua; pero si se vuelven blandas o translúcidas, la estás regando demasiado.
5. Cómo reproducir la planta de jade fácilmente
La planta de jade se multiplica con gran facilidad mediante esquejes de hoja o tallo.
Pasos:
- Corta un tallo sano de unos 8–10 cm o una hoja madura.
- Déjalo secar durante 2 o 3 días para que cicatrice la herida.
- Planta el esqueje en tierra seca y no riegues hasta pasados 5–7 días.
- En unas semanas, comenzará a enraizar y a crecer una nueva planta.
Este método te permitirá crear nuevas macetas para regalar o decorar diferentes rincones de tu hogar.
6. Cómo hacer que florezca
Aunque la floración del jade no es constante, puedes estimularla siguiendo algunos consejos:
- Dale mucha luz natural, preferiblemente varias horas de sol directo al día.
- Durante el otoño, reduce los riegos para inducir el período de reposo.
- Mantén la planta en un lugar fresco (entre 10 y 15 °C) por unas semanas.
Estas condiciones imitan su ciclo natural y suelen provocar la aparición de flores en invierno.
7. Significado y energía del jade
En muchas culturas, la planta de jade simboliza prosperidad, longevidad y armonía familiar.
Se dice que colocarla cerca de la entrada del hogar o en la zona de trabajo ayuda a atraer energía positiva y estabilidad económica.
Más allá de las creencias, es una planta que irradia serenidad y aporta un toque de naturaleza elegante a cualquier espacio.
8. Conclusión
La planta de jade es mucho más que una simple suculenta: es un símbolo de vida, equilibrio y fortuna.
Con unos cuidados mínimos —luz, poco riego y un buen drenaje— crecerá durante años, convirtiéndose en una pieza central de tu hogar.
Si aún no la tienes, anímate a cultivarla. No solo embellecerá tu espacio, sino que te recordará que la paciencia y la constancia siempre dan sus frutos.
